EE UU apaga otra revoluci¨®n
La final se resolvi¨® en el ¨²ltimo segundo, cuando Gabby Williams pis¨® en su triple para empatar, a la desesperada. Seis oros para Diana Taurasi.

En el Bercy de Par¨ªs, antes m¨¢s de 12.000 aficionados que creyeron, creyeron de verdad, el suelo tembl¨®. Vaya que s¨ª: Estados Unidos, el equipo pluscuamperfecto, imparable, te¨®ricamente invencible, zozobr¨®. Sufri¨® much¨ªsimo para ganar el oro (66-67) en el cubil de la anfitriona, una Francia rabiosa que aplic¨® una tremenda tenaza defensiva y demostr¨® que es la ¨²nica selecci¨®n del mundo que puede absorber las ventajas f¨ªsicas a partir de las que el Team USA ha construido su imperio. Uno que tiene otro oro, el desenlace previsto; Pero despu¨¦s de un susto de muerte, un giro de guion que convirti¨® en apasionante una final en la que Francia plant¨® los dos pies en el suelo con toda la firmeza que pudo reunir. Y roz¨® la victoria, el oro y una de las mayores sorpresas de la historia del baloncesto ol¨ªmpico. ?La mayor? Podr¨ªa haberlo sido, s¨ª.
Un d¨ªa despu¨¦s de que la selecci¨®n francesa masculina obligara a jugar 40 minutos de cemento a Estados Unidos, la revancha en versi¨®n femenina fue mucho m¨¢s all¨¢, al filo de todas las navajas con la historia entonando, m¨¢s alto a medida que pasaban los minutos, las mejores melod¨ªas que tiene el deporte, las de la revoluci¨®n. Francia pele¨® con el Team USA en cada cent¨ªmetro de pista, durante cada segundo de la final. Y llev¨® la resoluci¨®n a lo que nadie pod¨ªa esperar, no en el torneo femenino: un todo o nada posesi¨®n a posesi¨®n, tiro libre a tiro libre, rebote a rebote. La primera vez que Estados Unidos gana un partido ol¨ªmpico por un solo punto, la quinta que no alcanza al menos los diez puntos (el colch¨®n de los dobles d¨ªgitos) de ventaja.
Al final, gan¨® Estados Unidos y la revoluci¨®n qued¨® silenciada, incompleta pero hermosa. Para el Team USA son ocho oros ol¨ªmpicos consecutivos, algo que nunca ha hecho ning¨²n pa¨ªs en ning¨²n deporte de equipo. Tampoco la EE UU masculina, que nunca enlaz¨® m¨¢s de siete (1936-68). Son, adem¨¢s, 61 victorias seguidas en Juegos, todos los partidos que ha jugado desde su ¨²ltima derrota, la semifinal de Barcelona (5 de agosto de 1992) contra el Equipo Unificado, la Rusia post Uni¨®n Sovi¨¦tica. Y es, por supuesto, el sexto para Diana Taurasi, que logra lo que ning¨²n jugador de baloncesto, hombre o mujer, ha conseguido jam¨¢s. Solo ella y Rudy Fern¨¢ndez han estado en seis Juegos. Para Taurasi (42 a?os), la cuenta sale a oro por presencia. Una leyenda.
Hasta la ¨²ltima posesi¨®n del partido
Una Francia de cuchillos largos jug¨® sin miedo, arropada por su p¨²blico y apoyada en la coraza defensiva con la que ya hab¨ªa sofocado a la bella B¨¦lgica en semifinales. Fue emocionante. C¨®mo devolvi¨® el primer golpe del coloso que hab¨ªa enfrente (9-17) y c¨®mo resisti¨® despu¨¦s, en el ¨²ltimo cuarto, cuando el 35-25 que entreabri¨® la puerta del para¨ªso ya en el tercer cuarto se convirti¨® en un 40-43. La l¨®gica tampoco ech¨® ra¨ªces entonces, arrancada de cuajo por el nervio de una Francia que jug¨® todo el ¨²ltimo cuarto en dep¨®sito, casi sin fuerzas. Hasta que el tiro a la desesperada de Gabby Williams, sobre la bocina, fue de dos y no de tres porque pis¨® la l¨ªnea antes de lanzar en escorzo. Un palmo separ¨® el partido de la pr¨®rroga, exactamente lo mismo que separ¨® esta vez a los dos finalistas.
Wiliams, una espiga de puro talento forjada en UConn, dirigi¨® el primer arrebato franc¨¦s y tambi¨¦n el ejercicio de sufrimiento final (19 puntos, 7 rebotes). Se fueron sumando valientes (Fauthoux, Chery, Ayayi, Lacan¡) en un d¨ªa en el que apenas asom¨® la magia incontrolable de Marine Johannes (9 puntos en 13 tiros), quiz¨¢ la gota que podr¨ªa haber colmado ese vaso que casi se le derrama a Estados Unidos, que se meti¨® en un l¨ªo por, tan poco acostumbrada est¨¢, no saber jugar de igual a igual. Nervios, precipitaci¨®n, inseguridad¡ El tiro exterior se desvaneci¨® y por dentro Francia ten¨ªa fuerza para hacer sudar a Breanna Stewart y una A¡¯ja Wilson que demostr¨® que para ser la mejor del mundo (lo es) tambi¨¦n hace falta convicci¨®n, rebeld¨ªa contra el mal fario. No pareci¨® su tarde hasta que la p¨ªvot de las Aces hizo que-fuera-su-tarde: muchos fallos (6/14) en tiros que normalmente mete con los ojos cerrados. Pero, al final, 21 puntos, 13 rebotes y 4 tapones.
La seleccionadora Cheryl Reeve se pas¨® demasiados minutos pensando que las aguas volver¨ªan solas a su cauce, que el susto se quedar¨ªa solo en eso; Que era cuesti¨®n de que entraran un par de tiros. Y tard¨® en cambiar la din¨¢mica, en dar fuerza a jugadoras como Sabrina Ionescu, Napheesa Collier, Kahleah Copper y Kelsey Plum, la escolta (tambi¨¦n de las Aces) que anot¨® los dos ¨²nicos triples del equipo (para despertar a un cad¨¢ver con el citado 35-25) y, in extremis, los tiros libres definitivos. Estados Unidos jug¨® un partido impropio, malo porque Francia hizo que as¨ª fuera: 19 p¨¦rdidas (13 en su horrenda primera parte), 34% en tiros, 2/12 en triples¡
Pero gan¨®. Sigue la racha intocable del equipo intocable, magullado pero finalmente en pie. Otra vez campe¨®n. Quiz¨¢ no esperaba tanta batalla, una oposici¨®n tan febril. Pero seguramente eso, el extra de dificultad, da especial valor al octavo oro, el 61-0 en los ¨²ltimos 61 partidos, todos los ol¨ªmpicos que ha jugado en los ¨²ltimos 11.695 d¨ªas. Para Francia queda una plata que sabe a oro de verdad, m¨¢s all¨¢ del t¨®pico. Para el Team USA, m¨¢s gloria: diez oros sobre trece posibles, seis de ellos con Diana Taurasi en el equipo. Lo nunca visto.
Medallero de los Juegos Ol¨ªmpicos