Diferente frasco, distinto perfume
Las Palmas sali¨® desfigurada por segunda jornada consecutiva. Los canarios no consiguieron ejecutar su idea de juego.


El perfume cambi¨®. No se sabe por cu¨¢nto tiempo pero se puede marcar esta como la semana en la que el aroma se extravi¨®. Aquel dejaba en el ambiente una esencia reconocible y que recordaba arena mojada y empeines enrojecidos. Un olor invariable al que no afectaba bloques altos, medios o bajos. Ni propuestas de idas y vueltas o embaucadores armisticios. Esa inalterable persistencia y ejecuci¨®n de la idea de controlar la pelota.
Fue en Oviedo donde el cepo estaba preparado. El trailer de la pel¨ªcula contaba que ?lvaro Cervera esperar¨ªa agazapado. ¡°Intentar quitarle el bal¨®n a Las Palmas es una terrible equivocaci¨®n¡±, dec¨ªa el t¨¦cnico carbay¨®n en la previa. Sin embargo, se trataba de un cebo. Herida en cansancio y con una lista de convocados menguante, a Las Palmas le cogi¨® a contrapi¨¦ el papel de fugitivo en el Carlos Tartiere.
Los de Garc¨ªa Pimienta consiguieron un punto para liderar en solitario, alargar una reciente y tierna imbatibilidad y ser competitivos con unos zapatos que no eran los suyos. Sin embargo, cinco d¨ªas despu¨¦s, frente al Albacete, dio la sensaci¨®n que los amarillos no se cambiaron de calzado y pronto se pudo ver en el Gran Canaria con un equipo inc¨®modo como si tuviera piedras en vez de plantillas.
El plan de Rub¨¦n Alb¨¦s recordaba al que llev¨® a cabo con el Lugo hace unos meses. Cuando un larguero evit¨® un tempranero 0-2 en los momentos oscuros del proyecto que estaba echando a andar con Garc¨ªa Pimienta. El entrenador albacete?o dejaba las vendas en la enfermer¨ªa antes de viajar, ¡°poder jugar all¨ª es un lujazo¡±, huyendo de excusas habituales, pronosticaba que ¡°vamos a jugar dos partidos en uno. Tendremos que alternar un plan a y un plan b¡±. Algo que se puede ejemplificar con el contraste de la voracidad con la que azotaban la defensa amarilla saltando l¨ªneas de presi¨®n con rapidez frente a la parsimonia procrastinadora cuando le tocaba reiniciar el juego. Centella y descanso.
Y sin embargo, a pesar de la desnormalizaci¨®n del juego a causa de la fragilidad defensiva que desencaden¨® una inusual sensaci¨®n de amenaza permanente de los albacete?os a la contra, Las Palmas pudo vencer en un partido con aires al de La Rosaleda, pese a salir sin su perfume de los domingos. Aunque quedara patente que lo que se rompi¨® en Oviedo no se arregl¨® ante el Albacete.