Arn¨¢iz, l¨ªder tambi¨¦n a lo Bustinza
La creciente confianza del delantero del Legan¨¦s ha transformado su actitud en el juego. Ante el Granada forz¨® una roja jug¨¢ndose el tipo. Su peso, en aumento.

Jos¨¦ Arn¨¢iz se lanz¨® a la disputa del bal¨®n con actitud kamikaze. Como loco obsesionado por un premio imposible. Y peligroso. Su fe desbordante sorprendi¨® a Miguel Rubio, arrasado por el ¨ªmpetu del talaverano. El delantero del Legan¨¦s le gan¨® la partida y con un toque de cabeza se dispuso a encarar a su siguiente obst¨¢culo. El portero del Granada mut¨® de portero a guada?a. La pierna derecha de Ra¨²l Fern¨¢ndez en alto seg¨® el pecho del fren¨¦tico ¡®10¡ä blanquiazul. Falta, roja y partido encarrilado a los 120 segundos de partido. El panorama perfecto. Tambi¨¦n el traumatismo perfecto.
Sin aire y dolorido, Arn¨¢iz trataba de recuperarse sobre el c¨¦sped (o lo que queda de ¨¦l) tras un esprint de valent¨ªa que emul¨® a Unai Bustinza, ex capit¨¢n del Legan¨¦s ahora enrolado en el M¨¢laga. Leyenda en Butarque por muchos motivos, el bilba¨ªno permanece en los altares pepineros sobre todo por su brega hormigonada y suicida. Es el liderazgo de quien se juega el f¨ªsico (literal) por los dem¨¢s. Otra virtud m¨¢s que sumar a las muchas que est¨¢ desflorando Arn¨¢iz en la presente temporada.
¡°[La jugada representa] lo que es Jos¨¦. Jos¨¦ es brillante y valiente. Muchos futbolistas se habr¨ªan apartado del camino del portero. Jos¨¦ ha puesto la cabeza, el pecho¡ es una se?al m¨¢s del compromiso que hay ah¨ª dentro. Es una alegr¨ªa ver a los chicos trabajar y pelear as¨ª¡±, aplaudi¨® Idiakez a Arn¨¢iz tras tumbar al Granada.
La transformaci¨®n
Curioso. Cuando Arn¨¢iz hered¨® el brazalete mancomunado del Legan¨¦s (hasta cinco capitanes tiene esta plantilla) un germen de duda recorr¨ªa los pasillos de Butarque sabedores de que no era posici¨®n sencilla para ¨¦l. La incomodidad del liderazgo se?alado por obligaci¨®n. Pero en su madurez deportiva (27 primaveras le contemplan ya), el marr¨®n de lucir brazalete ayud¨® a cincelar un nuevo car¨¢cter, ¨¦se en el que ha influido, sobre todo, la confianza. De Idiakez, se entiende. Del club, por extensi¨®n.
Con el tes¨®n de qui¨¦n cree en las virtudes de otros m¨¢s que ellos mismos, el entrenador del Legan¨¦s no ha cejado hasta hacer realidad una profec¨ªa autocumplida. ¡°Arn¨¢iz ser¨¢ mi l¨ªder en ataque¡± debi¨® pensar en alg¨²n momento del verano el guipuzcoano visto que el mercado no le regalaba el 9 goleador que tanto necesitaba. El resultado es evidente.
Con guarismos por encima incluso de los que le vaticinaba la estad¨ªstica, Arn¨¢iz ha comenzado a potenciar intangibles a su juego. La autoconfianza es quiz¨¢ el m¨¢s evidente. Le siguen la valent¨ªa, el tes¨®n o el sacrificio grupal. C¨®ctel de virtudes que ahora lo han convertido en intocable y (casi) indiscutible. Colecci¨®n de prefijos en in hasta el apelativo definitivo: inaudito. Como su jugada ¡®Bustanziana¡¯ frente al Granada. Un nuevo l¨ªder para Butarque.