¡°Argentina vio a Messi como un usurpador del amor por Maradona¡±
Alfredo Rela?o (Madrid, 1951) publica su ¨²ltimo libro, ¡®Una breve historia del f¨²tbol en 10 goles¡¯. Un intenso repaso a momentos que cambiaron la historia del deporte rey.

Sentado en una terraza de la madrile?a Casa de Campo, esa que tantas veces frecuenta en sus largos paseos, Alfredo Rela?o salta de un recuerdo del f¨²tbol a otro con una facilidad y una pulcritud en los datos pasmosa. Hoy firma en la Feria del Libro de El Retiro (Caseta 342, Eolas Ediciones, de 19:00 a 21:00 horas) su nueva obra, Una breve historia del f¨²tbol en 10 goles. Un intenso relato de varios momentos que cambiaron en un sentido u otro la historia de este deporte y de sus protagonistas. Un escrito de lectura r¨¢pida pero cargado de an¨¦cdotas que son joyas y que nos descubre con pasi¨®n...
¡®Una breve historia del f¨²tbol en 10 goles¡¯¡ ?Cu¨¢ntos ha tenido que descartar?
Descartar con rotundidad, uno. El de James Costley en la final de la FA Cup de 1883, marcado para el Blackburn Olympic ante los Old Etonians. Fue la primera vez que la Copa no era ganada por un equipo de universitarios o amateur, sino por uno profesional. Por tanto, el profesionalismo acababa de nacer en la misma cuna del f¨²tbol.
Era l¨®gico dudar¡
Dud¨¦ entre ese y el primero del Mundial de 1930, que fue la primera puesta en escena con todas las de la ley de un f¨²tbol global. Este, con el que arranco el libro, lo meti¨® un franc¨¦s, Lucien Laurent, que ni se hab¨ªa percatado de la importancia del suceso hasta que un periodista tuvo la idea de buscarlo para el Mundial de Italia. Se le ocurri¨®, y a partir de ah¨ª Laurent se convirti¨® en una celebridad.
No es para menos.
Aquel partido, un Francia-M¨¦xico, se jug¨® en Parque Pocitos, en Montevideo. Un peque?o estadio ya devorado por la urbe. Y fue gracias a la generosidad de un arquitecto futbolero llamado Enrique Benech, que rastre¨® planos y una fotograf¨ªa a¨¦rea, se consigui¨® ubicar con exactitud d¨®nde se marc¨® ese gol. Hoy se recuerda ese lugar exacto con un trozo de porter¨ªa y una placa. Es un sitio para ir, sin duda. Porque el Mundial hizo el f¨²tbol universal de verdad, y cre¨® un lazo entre dos continentes, Europa y Am¨¦rica, que construy¨® con mucha dificultad Rimet.
Porque su libro habla no de los diez goles m¨¢s bellos, sino de los que cambiaron el rumbo del f¨²tbol.
Diez goles que marcaron un meandro en la historia del f¨²tbol, que han representado un cambio de direcci¨®n importante y que hicieron que el f¨²tbol empezara a ser de otra manera.
Sergio Ramos se va a llevar un disgusto¡
(Risas). Y algunos atl¨¦ticos, una alegr¨ªa. El suyo de Lisboa no est¨¢, pero le advierto que este libro es cabecera de una colecci¨®n en la que saldr¨¢n m¨¢s unidades. Garci har¨¢ los diez mejores goles de la Selecci¨®n, habr¨¢ otro del Madrid que ecribir¨¢ Diego Barcala, una obra de los del Atl¨¦tico, que est¨¢ haciendo Pet¨®n; y uno del Bar?a, que har¨¢ Santi Gim¨¦nez.
?Qu¨¦ es el gol para el f¨²tbol?
Una sentencia. Es la plasmaci¨®n m¨¢s visible de un esfuerzo colectivo. Hay mucha gente apretando durante mucho tiempo para meter un gol¡
?Es la meta en el ciclismo?
?Pero es una meta colectiva! Tiene m¨¢s gracia por eso¡ Y es un golpe de emoci¨®n grandioso para todo aquel que asiste al partido. Tenemos pocos motivos de emoci¨®n en la vida tan bruscos como los que nos produce cada gol.
Pocas dudas tendr¨ªa con el gol de Ghiggia, en el Maracanazo, en 1950¡
Representa hasta qu¨¦ punto el f¨²tbol ha calado ya como causa social, tanto como para crear ese sentimiento de desolaci¨®n en un pa¨ªs entero, como cre¨® aquel gol. Millones de personas se desplomaron.
?De qu¨¦ no se ha hablado tanto de ese partido?
Hay una an¨¦cdota del uruguayo Obdulio Varela despu¨¦s de que Brasil se adelantara. Con sus protestas, cre¨® la duda entre los 200.000 asistentes al Maracan¨¢. ?Se iba a anular? Fue una pantomima. Hizo un enfriamiento en el ambiente parecido a lo que ahora provoca el VAR (risas). Se fue a discutir con el ¨¢rbitro con el bal¨®n bajo el brazo y todos los ¨¢nimos se calmaron. Y Uruguay pudo remontar.
Y poco se ha hablado de Barbosa.
El portero de Brasil. Se fue jodido, como todos los brasile?os, en realidad. Pero ¨¦l, muy marcado. Todav¨ªa fue a visitar a la selecci¨®n en el Mundial de EE UU y no le dejaron entrar, porque le consideraban gafe. ¡°En Brasil, el m¨¢ximo de pena por un delito es de 30 a?os y yo llevo purgando m¨¢s de 30 por un delito que no comet¨ª¡±, lleg¨® a decir. Se cuenta tambi¨¦n que estando ¨¦l un d¨ªa en el mercado, una madre le mir¨® de mala manera y dijo a su hijo de cinco a?os: ¡°Mira, este se?or hizo llorar a todo el pa¨ªs¡±.
Ghiggia provoc¨® un drama, s¨ª. Tanto como el tercer gol de su lista, uno de Puskas en 1953 a Inglaterra en el llamado Partido del Siglo.
Este, adem¨¢s, fue un gol precioso porque ¨¦l pisa el bal¨®n y hace pasar de largo nada menos que a Billy Wright, que fue el primer futbolista que pas¨® de cien internacionalidades.
?Qu¨¦ supuso aquel partido?
Que el f¨²tbol pasara del marchamo ingl¨¦s a ser patrimonio mundial. Para entonces, ning¨²n equipo del continente hab¨ªa ganado a Inglaterra en Wembley, y Hungr¨ªa dobleg¨® a Inglaterra, inventora del f¨²tbol. Los ingleses ya hab¨ªan flojeado en alguna salida, pero aquel Partido del Siglo fue un baile, un 3-6. Y al d¨ªa siguiente, The Times puso en portada aquello de The Match of the Century. El f¨²tbol ya era de todos, no solo un invento ingl¨¦s.
?Estaba Puskas a la altura de Di St¨¦fano?
Muchos de los que jugaron en aquella ¨¦poca dicen que s¨ª. Lo que pasa es que Di St¨¦fano llenaba todo el campo, era como juntar a Casemiro, Zidane y Ronaldo Nazario. Met¨ªa un gol por partido y bajaba, organizaba¡ Puskas jugaba m¨¢s arriba y t¨¦cnicamente era mejor. Para Amancio y Vel¨¢zquez, por ejemplo, el mejor de los dos era Puskas.
Su disparo es muy recordado.
Puskas forma parte de la gran trilog¨ªa de los zurdos junto a Messi y Maradona. Hay ese misterio que dice que las mejores piernas izquierdas siempre han sido mejores que las mejores piernas derechas. No ves diestros que le peguen tan bien como los que mejor le pegan con la zurda¡ salvo Beckham.
Nos vamos al cuarto gol de su lista, marcado por La Saeta en la segunda Copa de Europa.
Sirvi¨® para que el Madrid no cayera ante el Rapid, lo que habr¨ªa cambiado la historia del Madrid pentacampe¨®n y la de la propia Copa de Europa, que estando en sus inicios necesitaba esa haza?a del Madrid, una leyenda s¨®lida.
?Tan apurado se vio el Madrid en Viena?
Hab¨ªa ganado 4-2 en Madrid. Y en Viena iba perdiendo 3-0 al descanso, con el defensa central lesionado en el hospital, el masajista, que era lo m¨¢s parecido al m¨¦dico que hab¨ªa entonces, que se hab¨ªa ido con ¨¦l, y con Juanito Alonso, el portero, jugando con una mano rota. Lo ten¨ªan en chino, la verdad.
?Y qu¨¦ pas¨®?
Que Bernab¨¦u baj¨® al vestuario al descanso. Les ech¨® una bronca tremenda y al salir se organizaron de mejor manera, empez¨® a jugar bien Di St¨¦fano, y vi¨¦ndose clasificado el Rapid se relaj¨® hasta que¡ ?zas!
Apareci¨® Di St¨¦fano.
Me lo cont¨® Antonio Ruiz porque no hay im¨¢genes de ese gol. Es un tiro que pega en el larguero, va Di St¨¦fano corriendo y le dice a Marsal: ¡°?Aparta!¡±. Y se da la vuelta haciendo una suerte de chilena que manda el bal¨®n a la red¡ El caso es que forz¨® el desempate, el Madrid pas¨® y termin¨® siendo pentacampe¨®n.
Hablaba de Santiago Bernab¨¦u¡ ?C¨®mo le recuerda?
Como un sabio. Un t¨ªo con una psicolog¨ªa para la gente enorme. Y con una causa: hacer un gran equipo del Madrid. Contra lo que se ha dicho no era franquista. Era mon¨¢rquico.
?Ten¨ªa malas pulgas?
Las ten¨ªa, pero no era rencoroso. Se hac¨ªa ¨¦l mismo un marketing de paleto, pero era un t¨ªo que le¨ªa a los fil¨®sofos alemanes en alem¨¢n, y me consta porque yo he visto los libros. Se manejaba en franc¨¦s y en ingl¨¦s... ?l pensaba que el f¨²tbol era la ¨®pera de los pobres, que era la gente humilde la que iba al f¨²tbol y hab¨ªa que luchar por ellos.
El quinto gol del que habla en su libro es de Pel¨¦, en el Mundial del 58, a Suecia en la final.
Es el nacimiento del gran Brasil, que ha sido el Real Madrid de las selecciones. Ah¨ª entierran la mufa del 50 y nace la figura de Pel¨¦, que apenas tiene 17 a?itos.
?Fue un fen¨®meno global?
Casi desde el principio se habl¨® mucho porque era extraordinariamente mejor. Muy diferente a Di St¨¦fano, que era m¨¢s pr¨¢ctico. Pel¨¦ era tremendamente preciosista, estaba continuamente haciendo cosas m¨¢gicas. Bueno, lo hac¨ªa todo. Una vez Perfumo, l¨ªbero argentino, me dijo: ¡°Pel¨¦ te hace las tres, la f¨¢cil, la dif¨ªcil y la imposible¡±.
?Cu¨¢l fue el mejor equipo de la historia para usted?
El Brasil del 70 fue solo un a?o... Yo he disfrutado m¨¢s que con ninguno, primero y en orden cronol¨®gico, con el Ajax de Cruyff, y luego con la Selecci¨®n nuestra y por extensi¨®n con el Bar?a que surgi¨® de ese estilo. El tiki-taka, que yo creo que es un invento de Luis Aragon¨¦s. Porque cuando Guardiola llega al Bar?a es justo despu¨¦s de que Espa?a gane la Eurocopa, y la apuesta tan exagerada por el desprecio del m¨²sculo y el esqueleto es de Luis, que junta a todos los peque?os. Y luego, el Bar?a lo adereza con Messi.
Entiendo¡
Claro que yo con el Brasil del 70 o la Italia del 82 disfrut¨¦ mucho, pero es que el tiki-taka dur¨® dos Eurocopas y un Mundial. Y el Bar?a tambi¨¦n dur¨® mucho. Y es el ¨²nico equipo que he visto que si hac¨ªa 60 partidos al a?o, 45 eran de matr¨ªcula, diez de 9 y cinco de 8 puntos. Y ninguno por debajo. Y eso de que fueran donde fueran sab¨ªas que iban a dar un baile, fue impresionante.
Hablaba tambi¨¦n del Ajax de Cruyff, y uno de los goles de su lista es de Johan, en la segunda Copa de Europa ganada al Inter de la secuencia de tres.
Este equipo s¨ª que fue una ruptura con lo que hab¨ªa. Una irrupci¨®n de un f¨²tbol mucho m¨¢s ligero al que domin¨® en los 60, feo y negro, comandado por equipos sudamericanos y de Europa del Norte. En los 60 el f¨²tbol se estaba embruteciendo. Y estos holandeses son los primeros jugadores delgados que hay, porque antes se llevaban m¨¢s bien fuertotes. Y descubren, aparte del intercambio de posiciones del F¨²tbol Total, un juego airoso y de velocidad.
?Con ellos llega la modernidad al f¨²tbol?
Le dieron una nueva luz. Y era ya un f¨²tbol en color. Supuso incluso una revoluci¨®n de est¨¦tica. Deja de ser un f¨²tbol de u?as negras, de virilidad antigua mal entendida¡ Hubo alg¨²n adelantado a esto, como George Best, que fue rechazado. Pero, con el Ajax, el f¨²tbol se puso en consonancia con lo que estaba pasando en la sociedad. Estos, incluso, llevaban a sus mujeres, que viajaban con minifalda, a los desplazamientos. Y aquel gol de Cruyff al Inter fue algo genial. Con un simple amago hace que choquen el portero y el defensa, y la mete a placer. Y certificaba al Ajax como una nueva manera de jugar. Porque hace falta una victoria para que te den la raz¨®n en lo que sea, como le pas¨® a Espa?a con los bajitos.
Y por eso mete usted el gol de Iniesta en Sud¨¢frica en su lista. De La Furia, al tiki-taka.
Espa?a volvi¨® de la Olimpiada de Amberes, en 1920, con el sello de La Furia, y se lo crey¨® tanto que se instal¨®. Hubo muchos seleccionadores que cultivaron eso. Yo lo sufr¨ª, porque cuando era joven hab¨ªa jugadores que me gustaban mucho, como Vel¨¢zquez o Marcial, que fueron poco a la Selecci¨®n. Y ese no es ni el jugador espa?ol ni el gusto del aficionado.
Ahora s¨ª lo tenemos claro.
Recuerdo una entrevista de Segurola a Menotti en la que este dec¨ªa: ¡°Espa?a debe decidir si quiere ser toro o torero¡±. Y con ese gol de Iniesta, Espa?a decidi¨® ser torero, pues ratific¨® la Eurocopa anterior. Y encima luego se gan¨® otra m¨¢s.
?En qu¨¦ momento estamos ahora?
Estamos muy bien despu¨¦s de un momento de cierto desvar¨ªo en el que pens¨¢bamos que eso era sostenible con cualquier tipo de jugador. Ahora estamos en el punto de un equipo al que tambi¨¦n le gusta tener el bal¨®n, pero que lo maneja mucho m¨¢s r¨¢pido, que presiona bien la salida y que tiene dos extremos de cagarse¡ Aunque no tiene esta Espa?a tanto trasteo de muleta como ten¨ªa aquella otra.
Incluye usted en su libro el gol fantasma de Hurst en la final del Mundial del 66 en Wembley, marcado por Inglaterra a Alemania. ?Un homenaje a su teor¨ªa del Villarato?
(Risas). M¨¢s que eso, la prueba de que al f¨²tbol le cuesta ser inocente. No hac¨ªa tanto de la II Guerra Mundial, seguro que en la grada hab¨ªa gente que hab¨ªa aguantado bombas sobre sus cabezas. No s¨¦¡ Mucha presi¨®n. Y en el f¨²tbol pasa eso de que en caso de duda¡ hay que saber para d¨®nde equivocarse. Es una peque?a chinita que al cabo del tiempo crece y se convierte en el VAR. Y para m¨ª este remedio del VAR es igual de malo que ning¨²n otro, excepto para jugadas de caj¨®n, como por ejemplo precisamente esa: ver si el bal¨®n entra o no.
Hay un gol que no pod¨ªa faltar, el de Maradona a Inglaterra en el Mundial de 1986.
Y entre dos pa¨ªses que hab¨ªan estado en guerra por las Malvinas en 1982. Imag¨ªnese. Y adem¨¢s es un doble gol, el m¨¢s arrabalero, con la mano, y el m¨¢s bonito. Yo vi ese partido en el campo.
?S¨ª?
Estaba haciendo la cr¨®nica para El Pa¨ªs. En la tribuna nadie vio que uno fue con la mano. Y tras el partido eso explot¨®. En la rueda de prensa a ¨¦l le preguntaron si hab¨ªa sido con la cabeza o con la mano, y contest¨®: ¡°Fue con la cabeza de Maradona y la mano de Dios¡±.
?C¨®mo se vio en el campo el otro golazo de Diego?
Como un in crescendo, una llamarada. Al poco de empezar la jugada ya lo ve¨ªas inevitable. Messi meti¨® el mismo gol, pero al Getafe, no en un Mundial a Inglaterra, que te ha ganado una guerra cuatro a?os antes.
El ¨²ltimo gol de su lista no lo marc¨® Messi, pero lo indujo ¨¦l.
Fue en la final del Mundial de Qatar. Un aut¨¦ntico golazo marcado por Di Mar¨ªa pero en una jugada que inici¨® Messi de manera magistral, con un solo toque. Para m¨ª es la persistencia del genio, del conocimiento del f¨²tbol por encima de la edad. La consagraci¨®n de que el talento est¨¢ por encima de la velocidad y de la fuerza. C¨®mo un solo toque sabio de un t¨ªo, de espaldas a la porter¨ªa, descabala un partido.
Y a Messi el Mundial le reconcili¨® con un pa¨ªs.
Jug¨® ese Mundial bajo una presi¨®n inconcebible. ?l en Argentina siempre fue rechazado, como una especie de usurpador del amor que ten¨ªa la gente a Maradona. Lo ven como un producto europeo, porque a Messi no le conoc¨ªan cuando se fue siendo ni?o. Y se dijo: hasta que no gane un Mundial no ser¨¢ el mejor. Y ah¨ª est¨¢ la entereza y el valor de hacerse ver en todos los partidos de ese Mundial, hasta ser decisivo.
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