La gabarra desencadena la apoteosis rojiblanca
Espectacular celebraci¨®n del Athletic con un mill¨®n de aficionados tras ganar el t¨ªtulo de Copa. Seis horas de una fiesta eterna que recordar¨¢ el mundo para siempre.


La pandemia parec¨ªa haber hecho escala en el centro de Bilbao con virulencia cuatro a?os despu¨¦s. Ni un alma por las calles a media tarde en zonas habitualmente muy transitadas. Pero a diferencia de aquel fat¨ªdico 2020, se o¨ªa un jaleo ensordecedor de fondo, un griter¨ªo atrayente, en el entorno de la r¨ªa. Era la mayor fiesta que se recuerda en la capital vizca¨ªna y todos los municipios que se asoman a la r¨ªa. ¡°Somos el club m¨¢s fascinante del mundo, eso seguro. Y celebrando los t¨ªtulos, los mejores¡±. Lo dijo Valverde desatando una faceta jaranera bastante desconocida. Y no le falta raz¨®n. Porque ha sido la cita m¨¢s monstruosa que se recuerda en Bilbao y todos los municipios que se asoman a la r¨ªa. Muchos envidian la Aste Nagusia, las imitadas y elogiadas fiestas de la ciudad, pero estas son un juego de ni?os en comparaci¨®n con el subid¨®n copero. Un mill¨®n de personas congregadas en las seis horas de algo que se fue de las manos. Bendita locura. Llegaron desde casi todos los rincones de Espa?a e incluso aficionados que tomaron vuelos en Europa y otros continentes. Puede decirse que todos se sent¨ªan ganadores del trofeo, as¨ª que hubo un mill¨®n de campeones.
El paseo triunfal de la gabarra respondi¨® a las expectativas e incluso las desbord¨®. Una celebraci¨®n may¨²scula que tardar¨¢ en olvidarse. Se ha puesto fin a 40 a?os de vac¨ªo, de letargo de la barcaza en un dique seco. La Copa ha vuelto a casa, gracias a la tanda de penaltis del s¨¢bado en La Cartuja y su paseo por el Nervi¨®n ha sido apote¨®sico. La gente ha desatado toda su ilusi¨®n agarrotada en casi medio siglo de impotencia.
Hasta el sol ha querido estar presente en las m¨¢s de dos horas de traves¨ªa. Un tiempo espl¨¦ndido y una luz celestial para inmortalizar un momento inolvidable. La plantilla se ha ejercitado a las 10:30 horas en San Mam¨¦s, a puerta cerrada, y ya ha ido palpando lo que le esperaba durante una jornada que queda como uno de los pasajes m¨¢s gloriosos de una entidad con 126 a?os de historia.
Despu¨¦s los jugadores cogieron un autob¨²s y se dirigieron a Getxo, para almorzar en el Club Mar¨ªtimo del Abra. Empezaron a degustar el men¨² a una hora m¨¢s brit¨¢nica que bilba¨ªna, a la una y media, ensalada de langostinos, guacamole y vinagreta de mango como entrante; merluza al horno con patata panadera y pimientos rojos; jarrete de ternera asada con boniato y zanahora; y, de postre, tarta rojiblanca. Sin tiempo para la digesti¨®n, a las cuatro, salieron por el muelle hacia la gabarra atracada en el pantal¨¢n de la centenaria entidad, para vivir uno de los momentos cumbre de la jornada. Iban ataviados con camisas con rayas rojas y blancas, a imagen de los h¨¦roes del triplete de 1984. El gent¨ªo ah¨ª ya se hac¨ªa ensordecedor. El director de f¨²tbol, Mikel Gonz¨¢lez, bes¨® el suelo de la embarcaci¨®n.
La tercera
Arrancaron algo antes de lo previsto, a las 16:25, en la tercera traves¨ªa de la gabarra tras las de 1983 y 1984. La comitiva estaba formada por 160 embarcaciones y 32 traineras. Los campeones de hace 40 a?os subieron a bordo en otro barco, que escolt¨® desde muy cerca a sus sucesores m¨¢s brillantes. Dos embarcaciones lanzaban los arcos de agua protocolarios en se?al de triunfo. La ceremonia iba elevando su tono y empezaba a tocar la fibra sensible. Muniain monopoliz¨® el micr¨®fono desde el primer instante y dirig¨ªa a sus compa?eros, que saludaban incr¨¦dulos a babor y estribor. De compa?era en todo el paseo, una camiseta del ¡®Pollo¡¯ Brise?o, jugador de las Chivas que ejerci¨® de gran anfitri¨®n en M¨¦xico en el partidos disputado por el Athletic con motivo del 125 aniversario y que ha ido manteniendo el contacto con la plantilla rojiblanca. Ha sido un compa?ero que ha dado suerte estos meses.
La gabarra pesaba 50 toneladas contando a los tripulantes. Hab¨ªa un le¨®n de trapo vigilando todo el trayecto. Mucha simbolog¨ªa. Desde la desembocadura de El Abra enfilaron la r¨ªa. ¡°Estamos locos, la hemos liado. El pueblo y nosotros nos merecemos un d¨ªa as¨ª, y que las generaciones que no sab¨ªamos lo que era esto, verlo al fin, eso que nos transmitieron los abuelos. Que lo tengan grabado los chavales¡±, destacaba I?aki Williams sin borrar la sonrisa del rostro¡±. Nico asent¨ªa: ¡°Estoy muy agradecido al gran hermano que tengo. Me acuerdo de mi familia y amigos, siempre he so?ado con este momento¡±. Aquellas m¨ªticas im¨¢genes de los 80 del siglo pasado a¨²n permanecen en la memoria de los seguidores rojiblancos que pudieron verlas y ha sido un anhelo permanente, aderezado por las finales perdidas en la ¨²ltima d¨¦cada y media.
Les esperaban 13 kil¨®metros memorables, de puro espect¨¢culo y adrenalina. El primer paso emblem¨¢tico fue bajo el Puente Colgante. Iribar estaba a bordo muy emocionado. Es el ¨²nico que ya vivi¨® esta experiencia junto con Aspiazu, ayudante de Valverde. ¡°Esto desborda lo que esper¨¢bamos¡±, sentenciaba. ¡°Txapelduuuunak, txapelduuunak (campeones, campeones)¡±, botaban los jugadores poniendo a prueba la resistencia de la gabarra. Getxo tambi¨¦n se ech¨® a la calle. Y m¨¢s de uno llor¨® de nostalgia al paso por el punto donde se ubicaban los recordados Altos Hornos, frente a las campas de Lamiako, el sitio donde empez¨® a jugar el Athletic. Por la empresa de Arcelor-Mittal, dedicada al sector sider¨²rgico, los obreros hicieron un alto y sin quitarse el buzo y el casco, alguno subido a una gr¨²a, saludaron a los leones. El olor a p¨®lvora que desprend¨ªan los petardos, bengalas y cohetes se hizo m¨¢s intenso por Sestao y Astrabudua.
Los leones celebran en la Gabarra el t¨ªtulo de Copa
El famoso Athletic Club
El Athletic caminaba pleno de felicidad sobre las aguas. Una de las canciones m¨¢s entonadas a bordo era la ranchera ¡®El rey¡¯. Y la que ha patentado Muniain: ¡°Este es el famoso Athletic, el famoso Athletic Club. Estos son los campeones, Aupa Athletic txapeldun¡±. El calor apretaba y algunos jugadores se fueron despojando de camisa y hasta camiseta interior para quedarse desnudos de cintura para arriba. ¡°Para lograr lo que sue?as hay que sufrir, y nosotros lo hemos hecho mucho¡±, recordaba De Marcos. A la entrada en Bilbao los edificios eran como colmenas repletas de cabecitas y m¨¢s cabecitas. Ah¨ª ya se form¨® una densa niebla por el humo de las bengalas. Valverde tiene dos aficiones marcadas: dirigir a equipos para hacerlos m¨¢s grandes y realizar fotograf¨ªas. Ech¨® mano de su talento para inmortalizar algunos momentos que tratar¨¢ de evocar en el futuro.
La pleamar estaba prevista para las 19:20 horas, as¨ª que toda la traves¨ªa se realiz¨® con la corriente a favor. Otro punto muy esperado era la pen¨ªnsula de Zorrozaurre ahora convertida en isla con la idea, muy bilba¨ªna, de que sea el Manhattan vasco. Se perpet¨²a la tradici¨®n naval, eso s¨ª. Tambi¨¦n hubo cachondeo hacia le barco de los periodistas de parte de la plantilla: ¡°¡±?D¨®nde est¨¢ la ibizaneta, la ibizaneta d¨®nde est¨¢¡±, reprochaban en alusi¨®n a las informaciones sobre las vacaciones de los jugadores en la isla Pitiusa. O ¡°y el puro ?que?¡±, recordando una imagen del capit¨¢n en el per¨ªodo estival fum¨¢ndose un buen habano. Lo siguiente era el Itsasmuseum, donde habitualmente est¨¢ atracada la gabarra, en un dique seco. Y ah¨ª est¨¢ San Mam¨¦s, el templo del universo Athletic. La plantilla lanz¨® p¨¦talos rojos y blancos en honor de los aficionados desaparecidos en este tiempo.
M¨¢s all¨¢, la Campa de los Ingleses, donde dieron los primeros pelotazos los marinos brit¨¢nicos para instaurar el balompi¨¦ en la ciudad. Y la rug¨ªa la parada del Guggenheim, all¨ª donde descansaban los astilleros que ejercieron de motor econ¨®mico de la ciudad. Segu¨ªan en pie en 1984 y ahora en su lugar reposa un museo que es la envidia de medio mundo y que ha puesto a Bilbao en el mapa del turismo planetario. Nuevos tiempos. La embarcaci¨®n abr¨ªa los ¨²ltimos metros de una cremallera humana. ¡°Esto es incre¨ªble, no se ha quedado nadie en casa¡±, se asombraba Berenguer, el tit¨¢n que lanz¨® el penalti que otorg¨® la Copa. ¡°En el momento de tirar, estaba seguro por d¨®nde lo iba a tirar¡±, confesaba.
Las autoridades prohibieron lanzarse a la r¨ªa, bajo amenaza de 60.00 euros de multa y la gente, desatad¨ªsima, obedeci¨®. Eso s¨ª, algunos se subieron a se?ales de tr¨¢fico arriesgando en exceso. Las pasarelas Arrupe y Calatrava quedaron cerradas al paso de peatones porque eran v¨ªas de evacuaci¨®n. En un viaje que toca tanto el coraz¨®n hubo micromomentos de una emoci¨®n indescriptible. Por ejemplo el c¨¢ntico pleno de la plantilla al delegado de campo del Athletic, Sendoa Agirre. Este llevaba una camiseta con el nombre de Mikeldi, su hermano fallecido.
¡°Merece la pena ser del Athletic¡±
La Copa viajaba de mano en mano en medio de c¨¢nticos y bailes, ebria, amada y protegida. Al ir llegando a meta, las traineras ocupaban todo el cauce. Si pasaba una piragua, pongamos por caso, la marea le aclamaba. Puro cachondeo. El sol se iba escondiendo mil¨ªmetro a mil¨ªmetro, para dar toda la escena a todos los protagonistas. Alguno de estos estaba en una nube, se ve¨ªa que era un Rolling Stone. Los jugadores se apoyaban en las barandillas para estar algo m¨¢s cerca de la multitud. Sim¨®n, desenfadado al m¨¢ximo, abr¨ªa las botellas de cerveza con los dientes.
Por tierra, por mar y alg¨²n helic¨®ptero acompa?aba a la barcaza. El cansancio empezaba a quedar reflejado en el rostro de las estrellas del momento. I?aki se?al¨® a los edificios contiguos al puente de La Salve, donde se asomaban miembros de su familia. La comitiva lleg¨® a meta, a la zona del Ayuntamiento, con bastante retraso, m¨¢s de media hora, a las 19:15.
Las embarcaciones de motor frenaron algo antes. All¨ª les esperaban miles de personas, era inabarcable con la vista la marea humana. Tambi¨¦n unos gigantes, simbolizando lo que estos leones suponen para la ciudadan¨ªa. Nada m¨¢s pisar tierra firme, los dos capitanes, Muniain y De Marcos, y el t¨¦cnico, Valverde, levantaron la Copa, ya medio mareada tras tanto traj¨ªn. Ante la avalancha, hasta cedi¨® una valla de protecci¨®n, sin que hubiera que lamentar ning¨²n herido. Faltaba la recepci¨®n en el Ayuntamiento y en la Diputaci¨®n. En el primer punto se vivi¨® el largo show de Muniain, con la presentaci¨®n tronchante de sus compa?eros uno a uno. Un pasillo de bengalas llev¨® a la comitiva hasta la Gran V¨ªa. Tras seis horas de guateque, se hizo el silencio.
¡°Igual hay quien piensa que exageramos con la gabarra, ah¨ª lo tienen¡±, se relam¨ªa Clemente, el t¨¦cnico art¨ªfice de la anterior aventura por el Nervi¨®n. La locura al fin dej¨® el blanco y negro y dio paso al color, al HD. La envidia de medio mundo. No se sabe si es la mejor afici¨®n del mundo, es probable que s¨ª, pero lo que nadie discute es que se trata de la m¨¢s singular. Unique in the world. Su lema actual. Como dec¨ªa De Marcos, ¡°esto debe de ser lo m¨¢s parecido a estar en cielo¡±. Ellos han pisado el para¨ªso. ¡°Merece la pena ser del Athletic¡±, dec¨ªa Jos¨¦ Mar¨ªa, un socio que cumple 91 a?os en agosto que casi no se ten¨ªa en pie. ?Y tanto! ?Queremos repetir cuanto antes!
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