Mahrez se viste de rey mago

Lo que mal empieza, peor acaba. Las lesiones de Raheem Sterling y Christian Pulisic en 20 minutos no eran un buen presagio para Graham Potter. Durante los primeros 45 minutos, los Blues aguantaron. Tuvieron incluso la oportunidad de irse al descanso por delante en el marcador si no fuera porque la cepa del poste repeli¨® el disparo de Carney Chukwuemeka. Pero en la segunda mitad, el Manchester City fue muy Manchester City. Dominadores de la posesi¨®n y generadores de las mejores ocasiones, el gol visitante parec¨ªa cuesti¨®n de tiempo. Hasta que lleg¨®. Riyad Mahrez se visti¨® de Rey Mago para brindarle a Pep Guardiola el primer regalo de la noche: tres puntos con los que no perder la estela del Arsenal y reducir a cinco la distancia en la clasificaci¨®n con los de Mikel Arteta. Graham Potter no mereci¨® carb¨®n, ya que los Blues hicieron sufrir a su rival, pero tampoco se llevar¨¢ regalos.

Con la enfermer¨ªa llena

Si no eran suficientes la ocho bajas con las que se presentaban los de Graham Potter para recibir al Manchester City, la noche de Reyes les ¡®regal¨®' dos bajas m¨¢s. Muy mal se han tenido que portar los servicios m¨¦dicos Blues este a?o para que, en cuesti¨®n de 20 minutos, Raheem Sterling y Christian Pulisic se vieran obligados a abandonar el terreno de juego. El ingl¨¦s, a los dos minutos por unas molestias en la parte posterior del muslo; el estadounidense, tras un choque en el ¨¢rea cuando apenas se hab¨ªa superado el primer cuarto de hora.

Con todo y con eso, mientras los londinenses se lam¨ªan las heridas y el t¨¦cnico ingl¨¦s intentaba recomponer al equipo con las entradas de Pierre-Emerick Aubameyang y Carney Chukwuemeka, los de Pep Guardiola se hicieron due?os y se?ores del bal¨®n. Acumulando hasta siete futbolistas en campo contrario, en una especie de 3-2-5, los mancunianos salieron dispuestos a imponer su juego. Sin embargo, se toparon con un Chelsea que, a pesar de las lesiones, no iba a dar su brazo a torcer con tanta facilidad. Las posesiones y circulaciones de bal¨®n de los Skyblues eran largas, pero, en su mayor¨ªa, poco fruct¨ªferas.

Fue entonces en el tramo final de la primera parte, y precedido por un apasionante duelo de laterales en la banda derecha de Stamford Bridge, protagonizado por Joao Cancelo y Marc Cucurella, cuando llegaron las mejores ocasiones. Una para cada uno. Primero, Erling Haaland. Al noruego, quien no acostumbra a fallar oportunidades claras, le faltaron pocos cent¨ªmetros para clavar su disparo en la porter¨ªa de Kepa Arrizabalaga. Y del zapatazo del cyborg al de Carney Chukwuemeka. Sin volverse locos a la hora de lanzarse al contragolpe, los de Graham Potter estaban generando peligro con los robos en campo contrario y corriendo r¨¢pido al espacio, y as¨ª es c¨®mo el jugador introducido por el t¨¦cnico ingl¨¦s en la primera parte estrell¨® su disparo en la cepa del poste.

Grealish y Mahrez dan la raz¨®n a Pep

Poco le import¨® a los de Pep Guardiola la resiliencia y pundonor de los Blues durante los primeros 45 minutos o la buena actuaci¨®n de Kai Havertz, ejerciendo de canal conductor de los ataques locales. Los de Pep Guardiola salieron de vestuarios a llevarse los tres puntos. Buena prueba fue el cabezazo que Nathan Ak¨¦ estrell¨® en el palo cuando tan solo hab¨ªan transcurrido cinco minutos de la segunda mitad. Aunque en el tramo de mayor ritmo de partido, que entr¨® en una ida y vuelta trepidante, el Chelsea tambi¨¦n goz¨® de sus oportunidades, especialmente una de Thiago Silva, el que termin¨® materializando su superioridad fue el Manchester City.

Existen pocos momentos m¨¢s gratificantes para un entrenador que aquel en el que dos jugadores que decidiste introducir en la segunda parte para cambiar el partido terminan fabricando un gol. Pasada la hora de partido, una jugada que empez¨® en las botas de Riyad Mahrez, y fue a parar a la banda de Jack Grealish, termin¨® con el atacante argelino celebrando el 0-1 para los Skyblues. El ingl¨¦s encar¨® y puso un bal¨®n raso e intenso al interior del ¨¢rea que, tras pasar por delante de toda la zaga local, remat¨® el ¡®26¡ä del Manchester City en el segundo palo.

Al Chelsea le tocaba entonces remontar con un equipo plagado de j¨®venes e inexpertos. Al ya mencionado Carney Chukwuemeka se unieron Conor Gallagher, Omari Hutchinson y Lewis Hall. Con todo y con eso, los Blues no se rindieron, y es que fueron precisamente los m¨¢s precoces quienes dieron motivos a los aficionados de Stamford Bridge para creer en el empate hasta el ¨²ltimo minuto. Esperanzas que se rompieron cuando el ¨¢rbitro decret¨® el final del encuentro y el 0-1 fue el resultado que iluminaba el marcador.