Miami se lo confirm¨®: al Real Madrid le falta un creador. Es su elefante en la habitaci¨®n. Algo evidente y a la vez, enquistado. Urge un cerebro, un tim¨®n. En cierto modo, un Kroos. Y para siempre quedar¨¢ la duda de si este asunto no se habr¨ªa solucionado con algo tan sencillo como la continuidad de Modric. Pero eso ya no podr¨¢ ser; es una decisi¨®n de club y est¨¢ tomada. As¨ª que el panorama queda como queda. Falta un creador, ficharlo es imprescindible. Y el partido ante Al Hilal lo evidenci¨®. El principal problema es que el club no atisba un candidato ideal. ¡°Vale, ?pero qui¨¦n?¡°, es la frase m¨¢s recurrente. Y la operaci¨®n, por momentos, oposita a atascarse. Mayday.

El estreno fue una radiograf¨ªa perfecta de la situaci¨®n. No hay un futbolista que lidere la creaci¨®n, que maneje los tiempos y ordene el desorden. Un Rodrigo, un Vitinha, un Fabi¨¢n, un Pedri. Ese jugador al que se acude para resetear y para acelerar. Para pr¨¢cticamente todo. Que es n¨²cleo y coraz¨®n. El Real Madrid no lo tiene. Es as¨ª de sencillo. Y sin ¨¦l, queda condenado al desorden. Es un equipo con tanto talento que puede llegar a volar en el torbellino del caos. Pero es m¨¢s sobrevivir, que vivir. Y no el escenario ideal.

Ese duro 45%

Datos. El Real Madrid se march¨® al descanso del Hard Rock Stadium... ?Habiendo perdido la posesi¨®n! En total, un 45% (al final del partido, un escueto 52%). Y esto podr¨ªa ser menos preocupante en un planteamiento de partido en el que se hubiese buscado, deliberadamente, un bloque bajo y contragolpes. Pero no fue el caso. Se perdi¨®, porque la gan¨® el Al Hilal. Porque Tchouameni es un stopper, Valverde un correcaminos y Bellingham, un llegador. Xabi Alonso puso un centro del campo con mucha verticalidad, pero poca horizontalidad. Ninguno era un creador; ninguno lo es. Y con los extremos tan abiertos, pas¨® lo que pas¨®.

Bellingham, menos que G¨¹ler

M¨¢s datos. Bellingham, pese a jugar 40 minutos m¨¢s, toc¨® seis balones menos que G¨¹ler (50-56). Era m¨¢s un jugador de tres cuartos escorado a la banda, que un tim¨®n. Y Valverde, pese a firmar 52 pases, s¨®lo dio 18 en el ¨²ltimo tercio. Donde se rompen las l¨ªneas. Un 34%. As¨ª que el Madrid fue un equipo previsible y condenado a la calidad individual. Que mov¨ªa el bal¨®n de lado a lado sin guion y se aferraba a que sus extremos, al recibir, frotasen la l¨¢mpara y sacasen al genio que llevan dentro. Pero apenas sucedi¨®.

?Y ahora qu¨¦?

Mercado. El diagn¨®stico es claro. Pero la soluci¨®n, no tanto. Y esa es la cuesti¨®n. Xabi Alonso quer¨ªa a Zubimendi, lo pidi¨®; pero esa puja ya es del Arsenal. Y a partir de ah¨ª... no se ha detectado un candidato claro. Porque gustar, gustan muchos. Rodrigo siempre ha sido un deseo en Chamart¨ªn, mientras que las voces que hablan maravillas de Mac Allister y Enzo Fern¨¢ndez son numerosas. Pero son futbolistas car¨ªsimos. Y de ut¨®picas negociaciones. Mientras que en el apartado de ¡®baratos¡¯, los nombres no convencen. Se habl¨® mucho de Stiller; se le contempl¨®. Pero ha sido desestimado.

Y en esas est¨¢ el Real Madrid. Peinando el mercado. Sudando tinta china para encontrar ¡®al futbolista¡¯. Alguien con nivel Real Madrid... y sin tener que soltar una morterada. Tarea compleja. Todo esto es su elefante en la habitaci¨®n. Algo evidente y a la vez, enquistado. El sentimiento es que esta operaci¨®n puede demorarse hasta finales de agosto. Que apunta, irremediablemente, a una cocina de fuego lento. Pero el diagn¨®stico es claro: este Real Madrid adolece la ausencia de un creador. Ficharlo es imprescindible. Miami se lo confirm¨®.

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