Las salidas m¨¢s traum¨¢ticas del Real Madrid
Emilio Butrague?o, Pedja Mijatovic, Fernando Redondo... en este fotorrelato repasamos las salidas m¨¢s duras del conjunto blanco.

Alfredo Di St¨¦fano
Seguramente la salida m¨¢s traum¨¢tica fue la salida del que ha sido su santo y se?a a lo largo de su largo siglo de existencia: Alfredo Di St¨¦fano. El delantero hab¨ªa llegado en 1953 y saldr¨ªa del club blanco 11 a?os despu¨¦s, en el verano de 1964, tras una dura bronca con el t¨¦cnico Miguel Mu?oz tras perder en Viena la final de la Copa de Europa ante el Inter (3-1). D¨ªas despu¨¦s, los blancos ten¨ªan que medirse al Atl¨¦tico en la Copa. Mu?oz decidi¨® no convocar a Di St¨¦fano sin justificaci¨®n y a la estrella le sent¨® como un tiro. Enterado Bernab¨¦u, intervino para fortalecer al entrenador. Tras una dura reuni¨®n, Di St¨¦fano abandonar¨ªa la Casa Blanca y fichar¨ªa por el Espanyol¡ Con el tiempo, Florentino recuper¨® su figura para convertirle en Presidente de Honor.

Paco Gento
Tras perder la final de la Recopa ante el Chelsea en 1971 (se tuvieron que jugar dos encuentros para dirimir el campe¨®n), Santiago Bernab¨¦u decidi¨® que hab¨ªa que rejuvenecer la plantilla blanca. As¨ª que se puso manos a la obra. Uno de los primeros en salir fue Paco Gento, el ¨²nico jugador que puede presumir de haber ganado seis Copas de Europa. El propio extremo explicaba c¨®mo fue su salida del conjunto blanco: ¡°Un d¨ªa, estando yo en casa, me llam¨® Raimundo Saporta. Yo pens¨¦ que, como era el capit¨¢n, me llamaba para pedir consejo sobre alg¨²n jugador, c¨®mo hab¨ªa sido su comportamiento, para luego coment¨¢rselo al presidente. Sin embargo, comenz¨® a hablar de mi trayectoria, que llevaba 18 a?os en el equipo, de mi futuro, de que pod¨ªa seguir vinculado al club de alguna manera. Seg¨²n me iba diciendo eso, yo me acordaba de Alfredo (por Di St¨¦fano)... Poco a poco me iba dando cuenta de que me estaba diciendo que no iba a seguir, pero no de manera directa, hasta que me ofreci¨® ser el entrenador del equipo juvenil, eso s¨ª, cobrando lo mismo que ganaba siendo jugador. El d¨ªa de la presentaci¨®n del equipo me desped¨ª: ellos (los jugadores) estaban de corto, y yo de traje. As¨ª me fui¡¡±.

Amancio
En 1976, Amancio se retiraba del mundo del f¨²tbol. El jugador madridista se fue con mal sabor de boca: fue expulsado en el que ser¨ªa su ¨²ltimo partido en la Copa de Europa. Ser¨ªa en M¨²nich cuando empez¨® a correr el rumor de que el gallego se marchar¨ªa del conjunto blanco: pas¨® a engrosar el staff t¨¦cnico del conjunto blanco, pero los blancos perd¨ªan el jugador-enlace entre dos grandes equipos: el que emparentaba a los ganadores de las cinco primeras Copas de Europa y su relevo, el Madrid de los ye-y¨¦s, el equipo donde 11 jugadores espa?oles se impusieron al Partizan en una final ag¨®nica.

Manuel Vel¨¢zquez
Manuel Vel¨¢zquez era madrile?o de nacimiento. Empez¨® a jugar en un terreno que se denominaba Las cuarenta fanegas, que estaba situado en lo alto de la calle Serrano. Fino, con carrera, angloparlante, siempre a la moda y con car¨¢cter (siempre sol¨ªa pedir explicaciones y eso irritaba enormemente al presidente), tuvo un fuerte enfrentamiento con Santiago Bernab¨¦u por defender a su amigo y compa?ero Pedro de Felipe tras perder la final de la Recopa en 1971. Eso le enemist¨® con el m¨¢ximo dirigente de la entidad madridista. Sin embargo, Bernab¨¦u, conocedor de sus virtudes, decidi¨® mantenerle en la plantilla hasta 1977, a?o en el que se enter¨® de que se iba del Madrid. S¨ª, Vel¨¢zquez se enter¨® en los pasillos del club que no le iban a renovar. Se lo dijo un compa?ero, Paul Breitner, aunque ¨¦ste no sab¨ªa la situaci¨®n de Vel¨¢zquez. Mientras el alem¨¢n iba a cerrar su salida del club, se encontr¨® con el centrocampista y en su despedida, Vel¨¢zquez, ingenuo, le dijo: ¡°Espero verte pronto¡±, a lo que Breitner le solt¨®: ¡°?Claro, en dos meses, en tu partido homenaje¡±. Y as¨ª fue: en agosto de 1977, el Madrid y el Eintracht Braunchsweig, donde militaba el bueno de Paul, disputaron el partido homenaje de Vel¨¢zquez.

Emilio Butrague?o
18 de mayo de 1995. Emilio Butrague?o, el m¨ªtico Buitre, junto con Ram¨®n Mendoza, anunciaba a la prensa su marcha: ¡°Mi adi¨®s al Madrid es lo m¨¢s conveniente¡±. Hab¨ªa sido un curso convulso para el jugador que hab¨ªa vestido de blanco en 463 partidos. En el verano de 1994 hab¨ªa llegado Valdano pero con quien no contaba nadie era con un joven, Ra¨²l, que devor¨® a Butrague?o y tambi¨¦n a Alfonso. Butrague?o s¨®lo participar¨ªa en 12 encuentros esa campa?a, con un ¨²nico gol. Eso s¨ª, se marchar¨ªa ganando la Liga, y con un partido homenaje ante el Roma del joven Totti. Se fue a M¨¦xico, al Atl¨¦tico Celaya, donde se retirar¨ªa. Ahora Butrague?o es el director de Relaciones Institucionales del Madrid.

Pedja Mijatovic
El autor del gol que romp¨ªa una sequ¨ªa de 32 a?os sin ganar la Copa de Europa se march¨® del Real Madrid en 1999, apenas tres a?os despu¨¦s de su llegada por la puerta de atr¨¢s. Fichado en 1996 tras pagar los blancos 1.250 millones de pesetas (su cl¨¢usula de rescisi¨®n), le dio tiempo a ganar una Liga, una Champions, una Supercopa de Espa?a y una Intercontinental en su periplo madridista. Pero en ese a?o 1999 el atacante montenegrino acept¨® una oferta de la Fiorentina al conocer que no entraba en los planes de John Toshack, entonces entrenador del conjunto blanco. Pedja, como es conocido coloquialmente, explic¨® su marcha con una frase demoledora: ¡°Me voy porque no me quieren¡±. El conjunto italiano pag¨® 2.000 millones de pesetas (unos 12 millones de euros al cambio) por su fichaje, mientras que al jugador le ofreci¨® un contrato de cuatro campa?as por unos 300 millones netos por temporada. A Mijatovic a¨²n le quedaban tres campa?as firmadas con los blancos cuando se tuvo que ir. Toshack se qued¨®, pero ser¨ªa despedido en noviembre de ese mismo a?o.

Fernando Redondo
En un estado de sobreexcitaci¨®n debido a la llegada de Florentino P¨¦rez a la presidencia del Madrid y con ¨¦l, la irrupci¨®n de Luis Figo, uno de los mejores jugadores del momento, la afici¨®n madridista entraba en shock: el conjunto blanco hizo oficial la venta de Fernando Redondo, ¨ªdolo blanco durante seis a?os y el genio responsable del Taconazo de Old Trafford meses antes, al Mil¨¢n por 3.000 millones de las antiguas pesetas (18M€). Un hecho que no fue balad¨ª. ¡°Florentino se hab¨ªa comprometido en la campa?a a traerlo, Figo costaba mucho y el Mil¨¢n ofrec¨ªa por m¨ª un mont¨®n de dinero por un futbolista de 31 a?os...¡±. Redondo hab¨ªa llegado en 1994 y en seis a?os hab¨ªa dejado patente todo su car¨¢cter impregnando al equipo de una personalidad propia. Le hab¨ªa devuelto cierto aroma canchero. En las elecciones de 2000, Redondo concedi¨® un par de entrevistas en las que ensalzaba la labor que hab¨ªa desarrollado Lorenzo Sanz al frente del club blanco. Algo que no sent¨® bien al resto de participantes. Cuando lleg¨® el momento, la venta de Redondo amortiguaba el coste del fichaje de Figo. Entraba un crack y sal¨ªa otro. Pero el Madrid perd¨ªa liderazgo y un peso pesado con voz y voto en el vestuario.

Fernando Hierro
Fue ganar el Madrid su segunda Liga del Siglo XXI, en la campa?a 2002-03, y la directiva, presidida por Florentino P¨¦rez, decidi¨® no renovar a Fernando Hierro, capit¨¢n y uno de los emblemas del conjunto madridista. Tras derrotar al Athletic en el ¨²ltimo partido de la temporada, se produjeron una serie de incidentes entre los jugadores que no gustaron a la directiva. Sobre todo un pulso de Hierro a Valdano en la puerta de vestuarios del Madrid, lo que conllev¨® un desplante de la plantilla a la afici¨®n y a la Prensa, que esperaba pacientemente a que fuesen saliendo los jugadores para preguntarles por el devenir de la competici¨®n liguera. Hierro dijo que la plantilla s¨®lo dar¨ªa una vuelta de honor al campo, y tras hacerse de rogar s¨®lo sali¨® Guti al c¨¦sped. Pero el asunto no acabar¨ªa ah¨ª: los jugadores salieron por una puerta trasera para subirse al autob¨²s que los llevar¨ªa a Cibeles. All¨ª ser¨ªa Ra¨²l quien ser¨ªa el protagonista al encararse con un polic¨ªa que imped¨ªa el acceso a la Cibeles. Adem¨¢s, mientras la directiva esperaba en un conocido restaurante a la plantilla para celebrar una cena por el t¨ªtulo, varios jugadores se fueron a otro restaurante para hacer tiempo. Llegaron con cerca de hora y media de retraso. Incluso amenazaron con no acudir a los actos institucionales en la Comunidad, Ayuntamiento y la Catedral de La Almudena. Al d¨ªa siguiente, y tras una larga y tensa reuni¨®n de la directiva, Hierro sal¨ªa del club.

Vicente del Bosque
Hombre del club desde que se retirase en 1984 (se integr¨® como entrenador en las categor¨ªas inferiores del conjunto blanco), Vicente del Bosque se hizo cargo del banquillo del equipo madridista hasta en tres ocasiones, siendo la tercera la m¨¢s provechosa para los inquilinos del Santiago Bernab¨¦u: sustituy¨® a Toshack en noviembre de 1999 tras unas pol¨¦micas declaraciones del entrenador gal¨¦s en una complicada temporada. Tras coger el equipo y adaptarse a los mimbres que hab¨ªa, Del Bosque devolvi¨® la gloria europea al levantar la Octava en Par¨ªs tras golear al Valencia (3-0), con un equipo en el que alineaba un sistema de tres centrales y dos laterales. Aguantar¨ªa hasta 2003, ganando dos Ligas, otra Champions, una Intercontinental, una Supercopa de Europa y otra espa?ola, entre otros t¨ªtulos. Pero en 2003 todo se rompi¨®: el club decidi¨® no renovarle. ?Los motivos? Hay varios. Uno de los m¨¢s expuestos fue el de un cambio de ciclo. Jorge Valdano lo explic¨® as¨ª: ¡°Es el momento de aplicar un cambio de rumbo¡±. El Madrid hab¨ªa ganado la Liga apenas un d¨ªa antes¡ Su sucesor fue el portugu¨¦s Carlos Queiroz: su Madrid arranc¨® como un tiro para acabar desfondado, perdiendo la final de Copa, siendo eliminado por el M¨®naco en Champions y perder los cinco ¨²ltimos partidos de Liga.

Ra¨²l Gonz¨¢lez Blanco
Como su antecesor luciendo el 7, la marcha de Ra¨²l dej¨® hu¨¦rfana a una generaci¨®n que hab¨ªa crecido bajo su personalidad (al equipo se le bautiz¨® como el Ra¨²l Madrid) y sus goles. Tras 16 campa?as, m¨¢s de 700 partidos y 300 goles, Ra¨²l dejaba el conjunto blanco para marcharse al Schalke. Como Butrague?o, comenz¨® a atisbar su marcha cuando Pellegrini comenz¨® a dejar de contar con ¨¦l. Su c¨ªrculo se cerr¨® donde hab¨ªa comenzado: en La Romareda. All¨ª debut¨® en 1994 y all¨ª marcar¨ªa su ¨²ltimo gol de blanco. Con 33 a?os decidi¨® irse a otro f¨²tbol. Jugar¨ªa siete a?os m¨¢s en Alemania, Qatar y EEUU¡ pero nunca abandon¨® el olor a linimento y a c¨¦sped. Volvi¨® al Madrid para ser entrenador, fuecampe¨®n de la Youth League con el Juvenil y ahora entrena al Castilla. Hay Ra¨²l para rato en el Madrid.

Iker Casillas
Otra marcha dolorosa, con dos adioses, fue la de Iker, en el verano de 2015 y tras varios a?os de ag¨®nicas presiones por parte de la afici¨®n, de Mourinho¡ El meta dio una rueda de prensa en solitario para anunciar su marcha al Oporto, pero al d¨ªa siguiente, viendo las cr¨ªticas recibidas (Florentino explic¨® que hab¨ªa sido el propio Iker quien hab¨ªa querido esa puesta en escena y que se iba porque ¨¦l quer¨ªa), se produjese otro adi¨®s: esta vez con sus trofeos en el Bernab¨¦u. El meta se iba tras 16 a?os defendiendo la porter¨ªa blanca y puesto en duda por su fuerte choque con Mourinho. Primero Diego L¨®pez y luego Keylor le hab¨ªan alejado de la titularidad. Ahora, varios a?os despu¨¦s, tras superar un fallo card¨ªaco y ya retirado, el meta se apresta a volver como consejero de Florentino.

Cristiano Ronaldo
Mientras el Madrid celebraba la tercera Champions consecutiva, Cristiano ech¨® un jarro de agua helada: ¡°Fue muy bonito estar en el Madrid¡¡±. Su salida se producir¨ªa en julio, durante el Mundial de Rusia y pon¨ªa punto y final a nueve a?os, con 450 goles en 438 partidos, el m¨¢ximo goleador hist¨®rico. Se marchaba a la Juventus por ¨¦l algo m¨¢s de 100M€. El motivo de su marcha fue una agria disputa con el club a causa de sus emolumentos (consideraba que el Bar?a trataba mejor a Messi). Su marcha dej¨® trastocada a la afici¨®n y a sus compa?eros, que vieron pasar a tres entrenadores en el primer a?o sin la gran estrella blanca. Sin embargo, ahora las relaciones entre Florentino y el portugu¨¦s han mejorado. El tiempo lo cura todo¡