El Santiago Bernab¨¦u es la tercera atracci¨®n tur¨ªstica m¨¢s visitada de la capital. En pandemia, y en obras, la clientela de los bares de alrededor ha desaparecido. La zona ha quedado deteriorada.

El coronavirus ha dejado sin p¨²blico los estadios. Y las obras del coliseo blanco se ha llevado los partidos a siete kil¨®metros del habitual centro neur¨¢lgico de la afici¨®n madridista, lejos de los bares que se nutren de la actividad de la tercera atracci¨®n tur¨ªstica m¨¢s visitada de la capital. Al b¨²nker de Valdebebas no se acercan aficionados a recibir al autob¨²s de los equipos y poner un poco de ambiente, aunque sea en el exterior. Un p¨¢ramo donde s¨®lo la potencia de los focos indica que ah¨ª se juega un partido de f¨²tbol de la mejor liga del mundo.
Ha pasado m¨¢s de un a?o desde el ¨²ltimo partido celebrado en Chamart¨ªn. Fue el 1 de marzo de 2020. Nada menos que un Cl¨¢sico. Del lleno al vac¨ªo m¨¢s absoluto. No s¨®lo los d¨ªas de partido. El desplome del turismo se ha llevado a buena parte de los visitantes del Tour de Bernab¨¦u. De la tienda oficial del club, trasladada al fondo sur por las obras que han dejado desnudo el lateral este, no se ve salir el trasiego habitual de bolsas. Enfrente, en los bares de la calle Concha Espina, los locales colonizados por la franquicia presentan un panorama desolador. Es la hora de comer y lo que deb¨ªa ser un reguero de clientes de un lado a otros es un paso de peatones despejado. El sem¨¢foro tiene poco trabajo para ceder el paso a transe¨²ntes.
Una cadena de hamburgueser¨ªas ha empapelado su fachada de carteles que derivan a sus clientes a otras dos sucursales cercanas. Algunos locales aprovechan para hacer reformas y otros est¨¢n directamente desmantelados, como si fueran a correr la misma suerte del derribo de sus antiguos vecinos de La Esquina del Bernab¨¦u.
Nos estamos quedando casi solos
Guillermo S¨¢nchez, gerente de la Arrocer¨ªa Mediterr¨¢neo
¡°La zona se ha quedado un poco deteriorada. Hay mucho local que ha cerrado y, cuando hay varios locales, generan afluencia a la zona. Nos estamos quedando casi solos¡±, cuenta Guillermo S¨¢nchez, gerente de la Arrocer¨ªa Mediterr¨¢neo. El negocio, con un cuarto de siglo de historia, comenz¨® en La Esquina y hace ocho a?os se traslad¨® al Paseo de La Habana, a espaldas del estadio. ¡°Antes funcion¨¢bamos mucho por el f¨²tbol y lo que atra¨ªa. Los d¨ªas de Champions supon¨ªan que hab¨ªa gente ya a mediod¨ªa comiendo, segu¨ªan consumiendo toda la tarde y enganchaban con el partido. Cuando no hab¨ªa estrellas sobre el c¨¦sped tambi¨¦n ven¨ªa mucho el turismo oriental a comer la paella, que nosotros tenemos especialidad. Ven¨ªa mucha gente con las bolsas de la tienda del Real Madrid. Eso se ha notado mucho¡±, lamenta S¨¢nchez.
Sin turistas, viajeros ni aparcamientos
El panorama es desolador no s¨®lo en los bares que rodean al Bernab¨¦u, tambi¨¦n debajo del estadio. En un cuarto de hora no se ve en el Metro un solo indicio de estar en la estaci¨®n que da servicio a un museo que recibe casi un mill¨®n de visitantes cada a?o. El suburbano, seg¨²n datos facilitados por la empresa a AS, daba servicio a unos 14.500 espectadores de media cada partido, tanto en la estaci¨®n de Santiago Bernab¨¦u como en otras cercanas. El servicio de trenes se reforzaba un 55% y el personal se reforzaba con 80 personas.

La Liga Santander - Real Madrid v Real Sociedad - Estadio Alfredo Di Stefano. SERGIO PEREZ (REUTERS)
El Metro absorb¨ªa a muchos de los turistas que sal¨ªan de la tienda del Bernab¨¦u cargados de bolsas. No hay ni rastro de ellas. Tampoco de los viajeros con camisetas o gorras que llegaban para visitar el Tour. Toda la estaci¨®n, los andenes y el vest¨ªbulo, han perdido el ajetreo que le proporcionaban los partidos y las oficinas de la zona. Apenas una decena de personas se suben al tren en una hora punta de salida del trabajo.
¡°Turistas ya no se ve ni uno y aqu¨ª ten¨ªamos muchos de todos los pa¨ªses¡±, dice Javier Fern¨¢ndez, encargado del Restaurante Jos¨¦ Luis. Si el fondo sur es el espacio conquistado por las franquicias, el norte a¨²n alberga locales de toda la vida. Jos¨¦ Luis, en la calle Rafael Salgado, es toda una instituci¨®n. Su historia ha ido de la mano del estadio. Abri¨® sus puertas en 1957 y ha sido testigo en primera l¨ªnea tanto de las grandes noches de f¨²tbol como de las obras mayores del Bernab¨¦u: la remodelaci¨®n para el Mundial 82, la construcci¨®n del tercer y cuarto anfiteatro a mediados de los 90 o la remodelaci¨®n del lateral este ya este siglo.
Fern¨¢ndez, que lleva m¨¢s de tres d¨¦cadas al servicio de los clientes, recuerda el Cl¨¢sico: ¡°Es algo que no vamos a olvidar hasta que podamos volver a abrir a pleno rendimiento. Es la ¨²ltima alegr¨ªa que hemos tenido. De eso a esto hay una diferencia enorme¡±. En los d¨ªas de partido, la plantilla se reforzaba con una docena de personas. El trabajo de toda una semana se condensaba en un d¨ªa: ¡°Un partido normal siempre tiene una afluencia de p¨²blico m¨ªnimo seis veces superior a cualquier d¨ªa. Eso es lleno desde por la ma?ana hasta por la noche¡±.
El Cl¨¢sico es la ¨²ltima alegr¨ªa que hemos tenido. De eso a esto hay una diferencia enorme
Javier Fern¨¢ndez, encargado del Restaurante Jos¨¦ Luis
En Jos¨¦ Luis sobreviven con los clientes del barrio. El teletrabajo tambi¨¦n ha mermado la afluencia de clientes que proporcionaban las oficinas de la zona, pero junto con la Covid el otro gran obst¨¢culo al que se enfrentan son los inconvenientes que causan las obras del estadio. ¡°El impedimento que nosotros tenemos aqu¨ª que nos hace mucho m¨¢s da?o es el aparcamiento, que no se puede aparcar en toda la zona. Eso s¨ª es un da?o bastante fuerte. Y hay gente a la que no le gusta el ruido. Nos hace m¨¢s da?o el aparcamiento que las restricciones¡±, explica Javier Fern¨¢ndez. Guillermo S¨¢nchez coincide con ¨¦l: ¡°Es dif¨ªcil desgranar qu¨¦ es culpa de las obras y qu¨¦ es culpa de la Covid. Las obras han generado muchos problemas de tr¨¢fico en la zona que hace que la gente incluso cuando te llaman les cuesta venir al local, porque cada dos por tres est¨¢n cortadas las calles¡±. Un c¨®ctel fat¨ªdico.
Del todo a la (casi) nada
Desde Jos¨¦ Luis, se puede trazar una ruta de bares seg¨²n uno se va alejando del estadio. Ideal para hacer tiempo hasta la cena los d¨ªas de partido de sobremesa. La Bodega, Orsay (?puede haber nombre m¨¢s futbolero), La Huella, Espasa¡ La senda de taberna en taberna nos lleva hasta La Terca. Esta cervecer¨ªa con un dise?o con sabor a anta?o es uno de esos negocios que se lanzaron sin pensar que la pandemia convertir¨ªa su aventura en un salto al vac¨ªo. Inici¨® su andadura coincidiendo con el Cl¨¢sico, que result¨® ser el ¨²ltimo partido con p¨²blico. Una apertura a lo grande. ¡°Esto los d¨ªas de partido es una locura de gente¡±, cuenta Juan Ram¨®n Aparicio, gerente de la cervecer¨ªa. La pandemia les lleg¨® ¡°de sopet¨®n". "Las ilusiones y todo lo que hab¨ªamos puesto aqu¨ª para volver a cerrar, imag¨ªnate la diferencia que ha habido. El d¨ªa y la noche¡±, comenta.
En La Terca no han tenido tiempo ni a conocer lo que el turismo supone en la actividad de los locales del Bernab¨¦u. Cuando abrieron ¡°la pandemia ya estaba ah¨ª encima¡±. A la espera de que vuelva el f¨²tbol, Aparicio se muestra relativamente satisfecho porque ¡°el local est¨¢ gustando bastante a la gente; el g¨¦nero, el producto y el servicio que damos¡±. Pero los d¨ªas de f¨²tbol supondr¨¢n un empuj¨®n: ¡°Imag¨ªnate lo que hay que preparar para un d¨ªa de partido¡±, dice Aparicio, que prev¨¦ reforzar el servicio con tres personas m¨¢s para atender afluencia de aficionados. Unos hinchas que llevan un a?o sin dar vida a los estadios de Primera y Segunda y los bares que les rodean.