Inglaterra pone fin al sue?o de la Vinotinto en el Mundial
Un gol en la primera parte de Calvert-Lewin acaba con la aguerrida selecci¨®n venezolana, que pudo empatar en la segunda parte pero Pe?aranda fall¨® el penalti.

No pudo ser. La mala suerte decidi¨® la final y coron¨® a Inglaterra ante una Vinotinto que nunca se rindi¨®. Calvert-Lewin convirti¨® el ¨²nico gol del partido y Pe?aranda desaprovech¨® la ocasi¨®n de empatar con un penalti que detuvo Woodman.
Las im¨¢genes de los jugadores venezolanos llorando explican perfectamente la importancia que ten¨ªa para ellos llevarse la cita mundialista, en la que han hecho historia pese a ver c¨®mo era otro el que levantaba el t¨ªtulo.
Los primeros compases sirvieron para ver otra vez a un colosal Far¨ª?ez. El reloj no llegaba al minuto 20 y el guardameta venezolano, el mejor del torneo, ya hab¨ªa detenido un mano a mano a Solanke y un disparo envenenado de Lookman. Todo eso qued¨® en nada cuando Lucena solt¨® un zambombazo desde el medio del campo, que super¨® a Woodman y se estrell¨® en la madera cuando ya se cantaba el gol. Fue el momento en el que la Vinotinto estuvo m¨¢s cerca de mandar en la final. El palo lo evit¨®.
Con el partido convertido en un correcalles y ambos buscando el primero lleg¨® la jugada que cambi¨® el rumbo del partido y, a la postre, el del Mundial. Un centro lateral que apenas llevaba peligro qued¨® muerto dentro del ¨¢rea peque?a tras golpear en la espalda de Ferraresi, que luchaba en el salto con Calvert-Lewin. El delantero fusil¨® a Far¨ª?ez, que demostr¨® sus reflejos felinos, pero el rechace cay¨® nuevamente a los pies del ¡®16¡¯, que a la segunda no fall¨®. El portero vinotinto, eso s¨ª, lleg¨® a tocar el esf¨¦rico antes de que acabara en la red y evit¨® cinco minutos despu¨¦s que el partido llegara sentenciado al descanso.
Con la llegada de la segunda parte Dudamel ech¨® mano de su plan B: sacar a un Soteldo que de nuevo vio m¨¢s de medio partido sentado en el banquillo. Este cambi¨® la cara de la Vinotinto en cuanto sali¨®. Prueba de ello fue el primer bal¨®n que pas¨® por sus botas, con el que dej¨® solo a C¨®rdoba ante un inmenso Woodman. Un cabezazo de Y¨¢ngel precedi¨® a lo que pudo ser el punto final¡pero de nuevo apareci¨® el larguero. El derechazo de Onomah se top¨® violentamente con el travesa?o ante la mirada de un superado Far¨ª?ez pero el c¨¦sped escupi¨® la pelota.
Fue en la segunda mitad del partido cuando lleg¨® el momento clave de la final. Pe?aranda, de nuevo acaparando demasiados balones y ralentizando el juego a cada acci¨®n que llegaba a sus pies, provoc¨® un penalti que el mismo quiso tirar. El lanzamiento no pudo ser peor, centrado y sin fuerza, d¨¢ndole tiempo a Woodman a reaccionar y sacar una mano que vale un Mundial.
El asedio a la desesperada del final fue insuficiente. El sue?o dorado de la Vinotinto se qued¨® a las puertas de conseguir el t¨ªtulo pero los de Dudamel han demostrado que dar¨¢n mucho de qu¨¦ hablar y, de paso, le han dado un motivo a sus compatriotas para estar orgullosos de Venezuela.