Cuando est¨¢s teniendo relaciones sexuales el subid¨®n es tal, que el baj¨®n tambi¨¦n es en la misma medida. De estar rozando el cielo, a tener hasta ganas llorar de la tristeza por haber terminado. Literalmente llorar tras el sexo se llama disforia poscoital, y es m¨¢s habitual de lo que parece.

No les ocurre s¨®lo a las mujeres, no les ocurre s¨®lo a las personas enamoradas, ocurre tambi¨¦n en contraposici¨®n de un subid¨®n, y puede suceder incluso tras una masturbaci¨®n: un orgasmo bien conseguido te lleva a otra emoci¨®n tambi¨¦n grande, del m¨¢ximo placer a la m¨¢xima tristeza.

Lo que dice la ciencia

Algunos cient¨ªficos lo denominan como depresi¨®n pasajera, esas ganas de llorar y sentirte triste. Tras el orgasmo, el cuerpo libera prolactina para contrarrestar tanta liberaci¨®n de dopamina, responsable de la excitaci¨®n sexual, por lo que la prolactina calmante ser¨ªa la responsable del baj¨®n an¨ªmico.

En este enlace puedes ver c¨®mo funciona la neuroqu¨ªmica del sexo y c¨®mo las diferentes emociones que sentimos tienen su ant¨®nimo en otra emoci¨®n. De hecho, un exceso de prolactina tanto en hombres como en mujeres produce p¨¦rdida de libido, depresi¨®n, cambios de humor, dolor de cabeza, infertilidad masculina, s¨ªntomas de menopausia incluso cuando ¨¦sta a¨²n no ha llegado, en las mujeres aumenta los niveles de testosterona y en los hombres disminuyen, ambos ganan peso, y en ellas sequedad vaginal.

La sex¨®loga Nayara Malnero afirma en su blog que esas l¨¢grimas, como la risa, es el resultado de una emoci¨®n intensa, y las dos pueden ser de felicidad. As¨ª que ya sabes, si tras disfrutar del onanismo lloras, o tras un buen encuentro sexual te encuentras con unas l¨¢grimas por tu rostro y una gran satisfacci¨®n, tu cuerpo te est¨¢ demostrando que est¨¢ realmente feliz.