Un bochorno para justificar la salida de Doncic: ¡°No me arrepiento¡±

El 1 de febrero de 2025, Luka Doncic fue traspasado de los Mavericks a los Lakers en uno de los movimientos m¨¢s importantes de la historia del deporte. Algo incomprensible para los aficionados de Dallas que hizo retumbar los cimientos de la NBA y dio una nueva perspectiva al organigrama de la competici¨®n norteamericana. Algo que sorprendi¨® a propios y extra?os y que no hizo m¨¢s que hundir a la franquicia texana mientras los angelinos volv¨ªan a estar a la altura de la historia y se hac¨ªan con el mayor activo de la mejor Liga del mundo, que recalaba en el mercado m¨¢s grande de todos los tiempos para que la narrativa hiciera el resto. Algo que es capital dentro de esta temporada, que marc¨® un antes y un despu¨¦s brutal y que ha provocado un sinf¨ªn de reacciones y debates, siempre con Nico Harrison, general manager y hacedor del traspaso, como l¨®gico blanco de todas las cr¨ªticas junto a Patrick Dumont y la familia Adelson, propietarios de la entidad desde que se hicieron con la mayor¨ªa de las acciones a finales de 2023 desplazando del puesto a Mark Cuban.

Desde entonces, se han repetido an¨¢lisis, Doncic ha debutado mostrando un nivel estelar que no ha hecho sino cuestionar m¨¢s todav¨ªa la decisi¨®n y se han alimentado teor¨ªas y filtraciones, especialmente por parte de los Mavericks, que no han parado de decir hasta la saciedad que el jugador no se cuidaba, fumaba cachimba y tomaba cerveza. Harrison, en el colmo de la desverg¨¹enza, acudi¨® al argumento tan manido como mal utilizado de la Mamba Mentality que dice que la estrella no tiene para hacer m¨¢s grande la herida. Dio igual: a falta de tres jornada para la conclusi¨®n de la regular season, el esloveno regres¨® a Dallas con su nueva camiseta, la afici¨®n le aplaudi¨® como el h¨¦roe que es y maldijo al directivo, que vio el partido entre bambalinas mientras escuchaba los c¨¢nticos que ped¨ªan su despido. Doncic llogr¨®, se exhibi¨® con 45 puntos y recibi¨® la ovaci¨®n del respetable en un reencuentro hist¨®rico por los siglos de los siglos en el que demostr¨® lo que todo el mundo sab¨ªa: que nunca se quiso ir. Y que los que quer¨ªan que se fueran no eran los aficionados precisamente. Algo que se escap¨® del control de la estrella, redefini¨® la era de los jugadores empoderados y puso patas arriba a la NBA.

Pero no acaba ah¨ª la historia: Nico Harrison anunci¨® una rueda de prensa este martes con tan s¨®lo 24 horas de antelaci¨®n y con otras 24 horas (un poco m¨¢s) para que los Mavericks disputen su partido de play in tras quedar d¨¦cimos (39-43) y citarse con los Kings en Sacramento sabiendo que deber¨¢n ganar dos partidos fuera de casa para disputar unos playoffs que parecen bastante lejanos tras la lesi¨®n de Kyrie Irving y con un lenguaje corporal por parte de los jugadores que demuestra que quieren que el ruido acabe y que la temporada finalice lo m¨¢s pronto posible. El general manager estuvo en una mesa redonda en la que no permiti¨® grabaciones ni c¨¢maras, un gesto que muchos han interpretado de cobarde. Y lo hizo acompa?ado de Rick Welts, directivo ejecutivo del equipo. Ambos, claro, hablaron del traspaso de Doncic. Y lejos de reconocer alg¨²n tipo de error en el movimiento, aseguran que no se arrepienten y que es lo mejor para los Mavericks. Vivir para ver.

¡°No me arrepiento del traspaso. En parte se trata de hacer lo mejor para los Mavs¡±, dijo el directivo, que insisti¨® en el argumento de que ¡°la defensa gana campeonatos¡± como si fuera una verdad absoluta e incuestionable. Harrison asegur¨® que con toda la plantilla sana el equipo texano es uno de los mejores de la competici¨®n norteamericana. Y nadie sabe si es m¨¢s dif¨ªcil que el equipo se mantenga sano (Anthony Davis es muy propenso a las lesiones, al igual que Kyrie) o que al completo vayan a estar bien. El general manager, que no se ha planteado dimitir, asegura que la decisi¨®n es la mejor de cara al futuro. Y Welst dijo que entiende el dolor de la afici¨®n por el traspaso: ¡°Les escuchamos y nos corresponde a nosotros recuperar su confianza¡±. En fin: una comparecencia sin c¨¢maras, con periodistas allegados que siempre van a favor de corriente y que supone un nuevo ejemplo de gesti¨®n de imagen p¨¦sima y un bochorno absoluto para justificar lo injustificable: que traspasaron a Luka Doncic cuando ni el jugador, ni sus compa?eros (lo de Jason Kidd es otra historia), ni los aficionados quer¨ªan. Y eso est¨¢ por encima de cualquier otra cosa.

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