Michael Jordan quiere acabar con Michael Jordan: ¡°La narrativa se ha vuelto t¨®xica¡±
El legendario exjugador podr¨ªa regresar a un primer plano en ¡®NBC¡¯ con la intenci¨®n de desmitificar su figura. ¡°Est¨¢ cansado de ser el becerro de oro de sus fan¨¢ticos¡±.


Michael Jordan dej¨® un legado enorme en la NBA. Su ingente cantidad de ¨¦xitos, r¨¦cords anotadores y anillos, seis en total, permitieron que se le considerara durante mucho tiempo el mejor jugador de la historia. Un debate constante que tuvo muchas caras con las que se intent¨® suplirle para, m¨¢s que nada, alimentar la narrativa (con Grant Hill, Tracy McGrady y, al final, con Kobe Bryant) y que tiene ahora su punto ¨¢lgido con la eterna figura de LeBron James, que con 40 a?os ha quedado sexto en la votaci¨®n para el MVP (que se ha llevado Shai Gilgeous-Alexander) y ha entrado en el Segundo Mejor Quinteto de la temporada. Para algunos, la perdurabilidad, la longevidad y los triunfos de LeBron son suficientes para ponerle por delante de His Airness. Para otros, la figura de Jordan es absolutamente intocable y cualquier amago de rebatir semejante argumentario queda obsoleto.
Y al propio Jordan no le gusta mucho este segundo grupo. Seg¨²n un estupendo art¨ªculo de Elliot Barnes en Medium, el exjugador habr¨ªa llamado personalmente a la NBC para ser parte de la plantilla de comentaristas. Una vuelta a la palestra, al primer plano de la opini¨®n p¨²blica. Pero no precisamente para vivir de la nostalgia, sino para desmitificar su figura y dejar claro que el baloncesto moderno tiene mucho m¨¦rito y que necesita avanzar y dejar de un lado el pasado para mirar al futuro. Que no hay que faltar el respeto a los jugadores ni al estilo actual. Y que su legado es el que es, pero hay otros deportistas que tambi¨¦n tienen el suyo. Un movimiento muy curioso por parte de un hombre que nunca ha rechazado los debates ni la autoreivindicaci¨®n. Pero que piensa que la defensa ac¨¦rrima a su figura sin aceptar otro tipo de opiniones ha acabado por hacerle m¨¢s mal que bien.
¡°No solo quer¨ªa un sueldo ni aparecer un par de veces. Quer¨ªa involucrarse. Ten¨ªa una visi¨®n. Y no ten¨ªa nada que ver con la nostalgia. Francamente, nos tom¨® un minuto darnos cuenta de lo que realmente intentaba hacer¡±, dice un productor de la NBC, donde se quedaron alucinados cuando recibieron la llamada del mism¨ªsimo Jordan en persona. ¡°Mike cree que el baloncesto ha evolucionado. Pero sus fans no. Y ¨¦l lo ve como un problema. Un verdadero problema¡±, cuenta un colaborador an¨®nimo en el mismo art¨ªculo. La narrativa que le ha endiosado no le gusta, as¨ª como el argumento falto de que jug¨® todos los partidos o que gan¨® seis Finales de seis. Una narrativa que se ha vuelto, seg¨²n las palabras del reportaje, ¡°t¨®xica¡±. ¡°Ignora sus derrotas. Ignora a los equipos que lo ayudaron a llegar hasta ah¨ª. Y lo peor de todo, castiga la grandeza de hoy solo porque es diferente¡±.
Seg¨²n el art¨ªculo, la intenci¨®n de Jordan no es vivir de la nostalgia, de esos tiempos pasados que para sus fan¨¢ticos siempre fueron mejores, rechazando el nivel del baloncesto actual. Sino permitir que el baloncesto avance. Y reivindicar figuras actuales, como las de Stephen Curry, Nikola Jokic, Luka Doncic o incluso James Harden. ¡°La afici¨®n se ha deformado much¨ªsimo. Odian el baloncesto actual, pero aun as¨ª lo ven cada segundo. Dicen que no es lo suficientemente f¨ªsico, pero ignoran lo avanzados que se han vuelto los jugadores. Y usan a Jordan como arma en cada conversaci¨®n. Es delirante¡±, asegura otro personaje an¨®nimo. Una tendencia que no gusta nada, parece ser, a His Airness.
La comparativa constante con el Rey tambi¨¦n aparece en el art¨ªculo. ¡°Mike se r¨ªe de la mitad de esas cosas. Sabe lo que se necesita para jugar durante 20 a?os. Respeta a LeBron. Mucho m¨¢s de lo que la mayor¨ªa de la gente cree¡±, cuenta otra fuente. ¡°El debate sobre el mejor jugador de todos los tiempos es t¨®xico porque no es un debate. Es una secta. Y Mike est¨¢ cansado de ser el becerro de oro¡±, dice un entrenador retirado y confidente de la leyenda. Que lo que quiere, por encima de todo, es que sus fan¨¢ticos escuchen lo que quiere decir y no se conviertan en aficionados que no paran de repetir lo mismo hasta la saciedad, despreciando el baloncesto actual (la era de los triples y dem¨¢s argumentario) y haci¨¦ndolo de menos en comparaci¨®n con el que se jugaba antes. Que pod¨ªa ser m¨¢s defensivo o menos. Pero que, simplemente, era distinto. Ni mejor ni peor.
Habr¨¢ que ver cu¨¢l es el papel real de Michael Jordan en la NBC y c¨®mo es su gesti¨®n de comunicaci¨®n. Con todo un imperio econ¨®mico a sus espaldas, hay que rechazar los argumentos que dicen que hace esto por el dinero. Veremos si entrevista jugadores, comenta partidos o se dedica a otros menesteres. Pero la realidad es que los nost¨¢lgicos no ver¨¢n saciada su sed porque el exjugador, uno de los mejores deportistas de todos los tiempos, no viene precisamente a eso. Quiere reivindicar lo actual sin olvidarse del pasado. Que sea posible que se hable bien de unos y de otros. Y que el respeto est¨¦ por encima de todo. La emisi¨®n del documental The Last Dance ya sirvi¨® como herramienta para reivindicar su figura y la de esos Bulls que dominaron con pu?o de hierro los 90. Ahora, toca avanzar hacia otros frentes y enarbolar nuevas narrativas. Que no sean tan t¨®xicas. En definitiva: que el baloncesto avance. Eso, en ¨²ltima instancia, es lo que m¨¢s importa. Y Michael Jordan lo tiene claro.
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