El n¨²mero 1 maldito: Kwame Brown y el mayor error de Jordan
El p¨ªvot fue elegido en la primera posici¨®n del draft de 2001, una decisi¨®n arriesgada de Michael Jordan que a la larga se confirm¨® como desastrosa.


Michael Jordan nunca demostr¨® como directivo las cualidades que le convirtieron en uno de los mejores (el mejor, para muchos) jugadores de la historia. Jam¨¢s traslad¨® sus enormes cualidades para en pista a un despacho y sus errores se han repetido de forma sostenida hasta la actualidad. El mayor de ellos, uno de proporciones enormes, ocurri¨® en 2001, cuando ocupaba la presidencia de los Wizards y estaba disfrutando de su segunda retirada de la NBA, tras el sorpresivo adi¨®s moment¨¢neo de 1993. Jordan tom¨® entonces la decisi¨®n de fichar a Doug Collins para el banquillo, el que fuera su entrenador en los Bulls antes de la llegada de Phil Jackson, en lo que constat¨® una clara declaraci¨®n de intenciones en lo referente a un nuevo retorno, que dijo que no se dar¨ªa con una probabilidad del 99,9%. Eso s¨ª, nunca un 0,1% signific¨® tanto, especialmente tras el aterrizaje de Collins y las filtraciones de que la estrella estuvo entrenando durante todo el verano en Chicago con jugadores de la NBA. Inspirado en el deportista de la NHL Mario Lemieux, que hizo lo mismo el invierno anterior, Jordan volvi¨® a jugar por ¡°amor al baloncesto¡±. Una aut¨¦ntica revoluci¨®n, motivada por el af¨¢n competitivo de un hombre sin el que es imposible entender la mejor Liga del mundo.
Hubo qui¨¦n pens¨® que Jordan regresaba viendo alguna posibilidad en una Conferencia Este muy debilitada desde su marcha y que ve¨ªa posibilidades de volver a disputar los playoffs, algo que no ocurri¨®, con r¨¦cords id¨¦nticos ambos cursos (37-45) y problemas f¨ªsicos en la primera de sus dos ¨²ltimas temporadas que s¨®lo le permitieron disputar 60 partidos, una cifra at¨ªpica para un hombre que siempre quer¨ªa jugar. Antes del All Star (para el que fue seleccionado ambos cursos), los Wizards estaban en playoffs, pero una ausencia de 12 partidos de Jordan les dej¨® fuera (4-8 de r¨¦cord en ese tramo) y la vuelta forzada de la estrella no impidi¨® que cayeran fuera de la fase final. El curso siguiente incluso acept¨® salid desde el banquillo varios encuentros, pero el equipo no daba el nivel y no se consigui¨® alcanzar el objetivo. Con llenos absolutos en los estadios para despedir a la leyenda, Jordan se retir¨® por tercera vez, en esta ocasi¨®n avisando previamente que ser¨ªa la definitiva, el 16 de abril de 2003. Tras una carrera, claro, llena de ¨¦xitos.
Se ha hablado poco de los compa?eros de Jordan en este tramo, pero la plantilla no era mala y se podr¨ªan haber sacado m¨¢s r¨¦dito: por ah¨ª estuvieron Tyronn Lue, Richard Hamilton, Christian Laettner (parte del Dream Team de Barcelona, en 1992) o Brendan Haywood. Eran algunos de los nombres destacados, que emerg¨ªan sobre uno que no lo era tanto: Kwame Brown. Un p¨ªvot procedente directamente del instituto que Jordan, Presidente de Operaciones ante de anunciar su regreso a la actividad, se empe?¨® en seleccionar en la primera posici¨®n del draft contra todo pron¨®stico. Se dice que el p¨ªvot le dijo a Collins antes del draft una frase que nunca pudo estar m¨¢s lejos de la realidad: ¡°Si me eliges, nunca os arrepentir¨¦is¡±. Pudieron ser unas palabras de esas premonitorias, muy acordes a la narrativa de la que vive y alimenta la NBA. Pero fueron justo lo contrario. Y, a la larga, una de las peores decisiones que se han tomado en la historia de la mejor Liga del mundo.
Un c¨²mulo de desprop¨®sitos
Brown fue un fiasco desde el principio. No hubo ni un crecimiento paulatino, ni destellos de luz que motivaran a la esperanza. O s¨ª, pero fueron tan breves que acabaron siendo ef¨ªmeros. Nacido en Charleston, Carolina del Sur, un 10 de marzo de 1982 (tiene 41 a?os), destac¨® mucho en la hist¨®rica Academia Glynn de Brunswick (Georgia), donde era para muchos el mejor jugador del instituto a pesar de compartir rivalidad con otros gigantes de la ¨¦poca como Eddy Curry (otro bluff) o Tyson Chandler (campe¨®n del anillo en 2011 con los Mavs). En Glynn, Brown acab¨® como el mejor reboteador y taponador (605) de todos los tiempos de dicha escuela (1235), adem¨¢s de segundo en anotaci¨®n (1539 puntos), siendo incluido en el equipo McDonald¡¯s All-American de 2001. Promedi¨® 20,1 puntos, 13,3 rebotes, 3 asistencias, 5,8 tapones, y 2 robos por partido, llevando a los suyos a un 24-7 de r¨¦cord. Unos n¨²meros brutales pero, en ultima instancia, un espejismo absoluto de lo que estaba por venir: la nada m¨¢s absoluta.
Brown rechaz¨® jugar en la Universidad de Florida para ir directamente a la NBA desde el instituto, una norma que Davir Stern decidi¨® cambiar en 2005, obligando a que la edad m¨ªnima de ingreso sean los 19 a?os (cumplidos antes del 31 de diciembre del a?o en cuesti¨®n). En esta ¨¦poca era normal ver a muchos baloncestistas dar el salto al profesionalismo directamente desde la secundaria, algo claramente probado en las temporadas posteriores, con LeBron James siendo el n¨²mero 1 de 2003 y Dwight Howard en 2004, ¨²ltima edici¨®n antes de que cambiara la normativa. Brown se aprovech¨® de la situaci¨®n y tambi¨¦n fue elegido en primera posici¨®n, algo in¨¦dito hasta entonces en la mejor Liga del mundo (nunca nadie logr¨® el 1 desde el High School) y que fue muy cuestionado ya entonces por tener semejante protagonista. Al fin y al cabo, detr¨¢s de ¨¦l en el draft hab¨ªa jugadores que posteriormente hicieron historia en la NBA: los mencionados Chandler y Curry aparecieron en el segundo y el cuarto puesto respectivamente, mientras que Pau Gasol, que gan¨® el Rookie del A?o, lleg¨® al tercero. Jason Richardson (5), Shane Battier (6), Joe Johnson (10), Zach Randolph (19), Gerald Wallace (25) o Tony Parker (28) tambi¨¦n llegaron en esa camada.
La llegada del p¨ªvot gener¨® muchas expectativas, pero su falta de madurez fue notoria desde el principio. Debut¨® el 30 de octubre de 2001 ante los Knicks, en el retorno de Jordan al Madison, el escenario ideal para una figura de su categor¨ªa. Se qued¨® en 2 puntos, 3 rebotes y 3 tapones en menos de 12 minutos. En los 4 partidos siguientes ni siquiera estuvo con el equipo. Promedi¨® 4,5 tantos y 3,5 rechaces en su primera temporada, superando los 10 en apenas nueve encuentros y pasando s¨®lo tres veces de la decena de rebotes. Los Wizards, que estuvieron bien hasta la lesi¨®n de His Airness despu¨¦s del All Star, se fueron a 9 victorias consecutivas entre el 6 y el 22 de diciembre, disputando Brown 9 de esos encuentros... para 2,6 puntos y 3 rebotes de promedio en 8,5 minutos. Pronto se hizo patente que no val¨ªa: sin fortaleza en el tren interior ni recursos al poste, su indolencia defensiva y la falta de esfuerzo debajo del aro le hac¨ªa muy dif¨ªcil de colocar en un sistema. Tampoco lanzaba bien los tiros libres y siempre ten¨ªa problemas f¨ªsicos. No se esforzaba en los entrenamientos y pasaba mucho tiempo en la vida nocturna inherente a la juventud de la NBA de por entonces, esa en la que cayeron tantos al verse con mucho dinero en el bolsillo y demasiados focos apuntando.
Eso s¨ª, hab¨ªa que justificar su presencia y su elecci¨®n en el draft, por lo que se potenci¨® su figura: m¨¢s de 20 minutos en la temporada siguiente, la ¨²ltima de Jordan, para 7,4 puntos y 5,3 rebotes. La siguiente temporada fue la mejor: 10,9+7,4, con un 30+19 ante los Kings en la recta final de la regular season, cuando luchaban por unos playoffs que nunca llegaron. Muy lejos de lo que se esperaba, pero con alg¨²n peque?o destello, los Wizards quisieron firmarle una extensi¨®n de 30 millones en cuatro temporadas, un precio excesivo que se un¨ªa a los 17 por cuatro que hab¨ªan apalabrado cuando era rookie. El p¨ªvot la rechaz¨®. En la 2004-05 se lesion¨® del pie antes del inicio de la campa?a, s¨®lo disput¨® 42 partidos y volvi¨® a bajar sus prestaciones (7+4,9). Disput¨® sus primeros playoffs, pero se perdi¨® un entrenamiento excus¨¢ndose en un virus estomacal y fue suspendido para el resto de la fase final, en la que los Wizards llegaron a semifinales. Las rega?inas que tuvo con Jordan y Collins se tradujeron en un rechazo manifiesto en la figura de Gilbert Arenas. Su propia afici¨®n le silbaba y ten¨ªa mejores registros fuera de casa. Su futuro estaba sellado... y no ser¨ªa en D.C.
Los Lakers y un ocaso horrible
Finalmente, Brown sali¨® de los Wizards, que le firmaron una extensi¨®n de casi 25 millones en tres temporadas y le traspasaron a los Lakers. All¨ª la historia sigui¨® igual, por mucho que el p¨ªvot saltara a la titularidad tras la lesi¨®n de Chris Mihm. En los ¨²ltimos 14 partidos de la 2005-06 promedi¨® algo m¨¢s de 13 puntos y 9 rebotes por duelo, y super¨® la decena de puntos en seis de los primeros siete partidos que los angelinos disputaron en esos playoffs ante los Suns de Steve Nash y compa?¨ªa. Fue la temporada de los 81 puntos de Kobe Bryant ante los Raptors, de su reuni¨®n con Phil Jackson, de las heroicidades en la anotaci¨®n (se fue a 35,4 puntos ese curso, entrando en el Mejor Quinteto y en el Mejor Quinteto Defensivo) y de los r¨¦cords constantes. De nada sirvieron, sin embargo, el tiro para empatar y luego para ganar de Bryant en el cuarto asalto o los 50 puntos del sexto. Los Suns remontaron un 3-1 y pasaron a semifinales, mientras que Kobe puso rumbo a la clandestinidad veraniega.
Eso se repiti¨®, en la misma ronda y ante el mismo rival al a?o siguiente, en 2007, cuando Brown apenas pudo disputar 41 partidos por m¨¢s problemas f¨ªsicos. En su etapa en los Lakers apenas se qued¨® 7 puntos por duelo, a los que a?adi¨® 6 rebotes. Una etapa triste en la que se pas¨® el tiempo con la far¨¢ndula inherente a Los ?ngeles, la ciudad de la luz, aumentando sus salidas nocturnas y su poco compromiso en los entrenamientos. La parafernalia se comi¨® a un hombre que anduvo entre el banquillo y la titularidad siempre con la misma concentraci¨®n y que no super¨® el 50% en tiros libres en ese tramo de su carrera. Kobe, se dice, se acerc¨® al banquillo en un encuentro para decirle a Phil Jackson que el p¨ªvot no quer¨ªa que le pasaran balones por si le hac¨ªan falta y ten¨ªa que ir a la l¨ªnea. Con Smush Parker de base y Brown en la pintura, Bryant consigui¨® liderar a los Lakers a playoffs en dos ediciones consecutivas, toda una haza?a en la Conferencia Oeste de entonces. El p¨ªvot, denostado, acab¨® saliendo junto a Aaron Mckie, Javaris, Javaris Crittenton, los derechos de Marc Gasol y dos primeras rondas del draft (2008 y 2010) a los Grizzlies a cambio de Pau. Lo que fragu¨® en tres Finales y dos anillos m¨¢s para Kobe. Todo muy alejado de la figura de un Kwame que pas¨® al olvido.
El p¨ªvot pas¨®, tras su aventura en los Lakers, por Pistons (dos temporadas), Hornets, Warriors y Sixers. No volvi¨® a superar los 10 puntos por partido, algo que s¨®lo hizo en su segundo curso como profesional. Tampoco fue dominante, eficaz o resolutivo. Se convirti¨® en carne de traspaso y en una figura a la que nadie quer¨ªa, como si la maldici¨®n que ten¨ªa en su persona la fuera a arrastrar a las camisetas que vest¨ªa. En total, disput¨® 12 temporadas en la NBA, 607 partidos en los que promedi¨® 6,6 puntos y 5,5 rebotes. Se llev¨® m¨¢s de 60 millones en contratos, fue arrestado durante su carrera por conducir borracho (2003), por alteraci¨®n del orden p¨²blico (2007) y por asalto sexual en 2006, en plena primera ronda ante los Suns, un accidente que se resolvi¨® entre bambalinas. Un largo historial de acciones fallidas fuera de las canchas y de una tremenda inacci¨®n cuando estaba en ellas. Una figura denostada por la opini¨®n p¨²blica, que acumul¨® muchos problemas y muy pocos puntos. Uno de los peores n¨²meros 1 de la historia del draft de la NBA. Un jugador maldito.
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