El camino que sac¨® a Doncic de Dallas

Era lunes de revelaciones en Dallas. Se sab¨ªa porque Tim MacMahon, uno de los pesos pesados de la cobertura NBA de ESPN, lo hab¨ªa anunciado a trav¨¦s de sus redes sociales: hoy habr¨ªa art¨ªculo importante sobre el estado general de los Mavericks (p¨¦simo, no era dif¨ªcil de imaginar) y las circunstancias que condujeron al fat¨ªdico 2 de febrero, el d¨ªa del traspaso de Luka Doncic a los Lakers. Un movimiento tan s¨ªsmico, tan profundamente pol¨¦mico que sigue formando parte de la actualidad diaria de la NBA, no digamos de la de los Mavericks, eliminados e la repesca del play in. Incluso ahora, casi tres meses despu¨¦s y con los playoffs ya en juego. Hasta el comisionado Adam Silver habl¨® hace poco de ello y, como pudo, ech¨® una mano a los Mavericks. Al menos dio a entender que los nuevos propietarios y el mandam¨¢s de lo deportivo, ese Nico Harrison que es el enemigo p¨²blico n¨²mero 1 en Dallas, no operaban con ¨¢nimo de sabotaje desde dentro. Que, aunque pudieran estar cometiendo errores terribles, que algunos cifran ya en cientos de millones en p¨¦rdidas m¨¢s all¨¢ de la debacle deportiva, hacen lo que creen que es mejor para la franquicia. Menos mal.

Tambi¨¦n este lunes, Tim Cato, otro ilustre de la cobertura de los Mavericks, ha publicado un art¨ªculo en el que, entre otras cosas, asegura que para los nuevos, la familia Adelson con Patrick Dumont como jefazo del asunto del baloncesto, Harrison ya no era un intocable ni alguien en quien sigan confiando plenamente. Y que Dumont, que manda narices, anda loco con el desastre social al que se ha tenido que enfrentar porque realmente no era consciente de que algo as¨ª pod¨ªa pasar si se traspasaba a Luka Doncic. As¨ª que culpa a Harrison de no ver, o no hacerle ver a ¨¦l, lo que pod¨ªa ven¨ªrseles encima. Y por eso, entre otras cosas, le oblig¨® a comparecer ante los medios la semana pasada. Harrison no quer¨ªa, y acab¨® optando, a rega?adientes, por una charla con un grupo selecto de periodistas sin c¨¢maras ni grabadoras. La cosa, como no pod¨ªa de otra manera, no fue bien. Y Harrison sigue enterrando, cada vez que tiene ocasi¨®n, su imagen p¨²blica. Hasta hace poco, la de un ejecutivo intachable que hab¨ªa tenido ¨¦xito en Nike y estaba teni¨¦ndolo ahora en unos Mavs que, cuesta acordarse, son todav¨ªa el vigente campe¨®n del Oeste. El finalista de la NBA.

Cato tambi¨¦n sit¨²a en un lugar inc¨®modo al entrenador, Jason Kidd, del que dice que compart¨ªa algunas de las dudas de Harrison con la puesta a punto y el f¨ªsico de Doncic pero al que sit¨²a ahora como ¡°exasperado¡± por tener que rehacer un equipo que estaba pensando para jugar al ritmo de Doncic, creado para potenciar sus virtudes y tapar sus defectos en defensa. Un plan que, es obvio, funcion¨® el curso pasado.

Harrison y el control de los Mavericks

MacMahon es un personaje curioso porque muchos le han afeado que no ten¨ªa una relaci¨®n aparentemente buena con Doncic (sobre el que incluso ha escrito un libro), con el que choc¨® en algunas ruedas de prensa y de cuyo peso y preparaci¨®n f¨ªsica habl¨® varias veces en lo que parec¨ªa un trabajo cercano a la franquicia, a Harrison y su entorno. Desde luego lo pareci¨® justo despu¨¦s del traspaso. Pero ahora MacMahon, ya lo hizo en la charla privada por lo que se fue sabiendo despu¨¦s, ha sacado la artiller¨ªa sin ninguna deuda ni condescendencia con Harrison. Y lo ha hecho con un art¨ªculo que ha elaborado tras hablar con ¡°decenas¡± de personas cercanas a toda la situaci¨®n, en los Mavericks y en el entorno de Doncic.

El art¨ªculo expone perfectamente las fricciones y rencillas, la guerra de poder que llev¨® a la decisi¨®n de un Harrison del que dice que lleg¨® a pensar que Doncic hab¨ªa convertido a los Mavs en ¡°su reh¨¦n¡±, que la franquicia era prisionera de una megaestrella de solo 25 a?os (antes del traspaso) y con capacidad y talento para ser uno de los mejores jugadores de siempre. El directivo es dibujado como un controlador que tolera mal las disidencias y que prefiere tener cerca a colaboradores d¨®ciles, sin voces discordantes. Por eso, y desde el verano de 2023, acometi¨® una purga, una transformaci¨®n en cargos importantes con movimientos que dinamitaron el n¨²cleo duro de la franquicia. El que hab¨ªa hecho sentirla como suya, su equipo y su casa, a Dirk Nowitzki, y el que hab¨ªa heredado, por relaciones personales, Doncic.

Nowitzki, seg¨²n MacMahon, est¨¢ totalmente apartado del d¨ªa a d¨ªa de los Mavs y solo ha visto dos partidos en directo desde el 2 de febrero, el del debut de Doncic con los Lakers y el de su regreso a Dallas, por primera vez con otra camiseta. Antes de este distanciamiento, hab¨ªa ejercido como consejero de Mark Cuban, que vendi¨® la franquicia con la idea de conservar poder en la toma de decisiones. Algo que no ha sucedido: Harrison fue sac¨¢ndolo de la ecuaci¨®n y ni siquiera le permiti¨® ejercer de intermediario en problemas que estaban royendo la estabilidad, el funcionamiento del equipo.

La acometida de Harrison tuvo que ver, principalmente, con cargos en el departamento f¨ªsico, una estructura que dirig¨ªa Casey Smith, un hist¨®rico que llevaba dos d¨¦cadas en Dallas y es (ahora est¨¢ en los Knicks¡­ con Jalen Brunson, exjugador de los Mavs) uno de los m¨¢s reputados de la NBA en su ¨¢rea. Tambi¨¦n un ex de la selecci¨®n de Estados Unidos, con la que trabaj¨® en los ciclos ol¨ªmpicos de 2008 y 2012. Smith era u?a y carne con Nowitzki, que aseguraba que gracias a ¨¦l estuvo 21 a?os en la NBA (y en los Mavs)¡­ y tambi¨¦n se hizo ¨ªntimo con Doncic. Igual que otros que fueron despedidos, Jeremy Holsopple y Casey Spangler. Harrison cre¨ªa que mimaban al esloveno, que eran los que permit¨ªan su comportamiento. Y, en un detalle que no habla precisamente bien de ¨¦l, comunic¨® a Smith que no seguir¨ªa en el equipo en el verano de 2023, por videollamada y cuando este se encontraba en Ohio cuidando a su madre, que estaba a punto de fallecer. ¡°Harrison se sent¨ªa amenazado por ¨¦l, al 100 por 100. Ten¨ªa que demostrar que all¨ª mandaba ¨¦l y que nadie pod¨ªa cuestionar eso¡±, dicen de forma an¨®nima voces del equipo en el art¨ªculo de ESPN.

Harrison se defendi¨®, ante el selecto grupo de periodistas, as¨ª cuando le recordaron el feo despido de Smith: ¡°Sac¨¢is el nombre de Casey Smith y es casi un chiste. Nadie se acord¨® de ¨¦l cuando el a?o pasado llegamos a las Finales. No tiene sentido que os acord¨¦is de ¨¦l ahora, lleva dos a?os fuera de la franquicia¡±. Y asegura que los que llegaron despu¨¦s lo han hecho mucho mejor.

Sin embargo, el equipo ha tenido m¨¢s lesiones esta temporada, y m¨¢s conflictos con las recuperaciones y los plazos de baja. Con Dereck Lively, la falta de comunicaci¨®n hizo que estuviera a punto de volver a las pistas con una fractura por estr¨¦s en un tobillo que, por suerte, fue detectada en el ¨²ltimo momento. Eso le hizo estar otros dos meses y medio fuera de las pistas: ¡°Alguien tendr¨ªa que haber sido despedido por eso¡±, cita MacMahon sobre lo que le han contado de los nuevos al frente del apartado f¨ªsico, Johann Bilsborough y Keith Belton; Que han tenido serios problemas entre ellos y que tampoco han establecido una buena relaci¨®n con Luka Doncic y un entorno que capitanea Lara Beth Seager, que trabaj¨® antes con, una vez m¨¢s, Nowitzki.

¡°Quiere energ¨ªa de cheerleaders¡±

El art¨ªculo cuenta que, tras la crisis con Lively, Bilsborough y Benton tuvieron una bronca para el recuerdo en las instalaciones de los Mavs: ¡°fueron el uno a por el otro, aunque no hubo pu?etazos¡±. Y que el primero no conf¨ªa en un Benton al que considera un mimado de Harrison. En la franquicia, tambi¨¦n: ¡°Es como una cheerleader glorificada, pero eso quiere Harrison cerca: energ¨ªa de cheerleaders¡±. La asociaci¨®n nacional de preparadores f¨ªsicos, para colmo, ha confirmado que Belton no tiene todav¨ªa la cualificaci¨®n necesaria para trabajar en una franquicia de la NBA. No con el cargo que tiene en los Mavericks.

Antes de la salida de Smith, Doncic hab¨ªa fichado, para trabajar en su puesta a punto f¨ªsica, a Javier Barrio Calvo, fisio del Real Madrid y a Anze Macek, preparador de la selecci¨®n de Eslovenia y que lleva a?os colaborando con ¨¦l. Un sistema h¨ªbrido, de toma de decisiones consensuada con los Mavs, que en el bando de Doncic creen que funcion¨® la temporada pasada: el base fue el jugador con m¨¢s minutos de toda la liga (3.524 entre fase regular y playoffs) con unos n¨²meros formidables y plaza en las Finales: ¡°No juegas as¨ª si eres un cerdo borracho y gordo¡±. Bilsborough, sin embargo, no hizo esfuerzos por acercarse a Doncic y su entorno y Harrison empez¨® a desconfiar de la preparaci¨®n y la profesionalidad de su jugador franquicia. Un clima de tensi¨®n que no apacigu¨® el billete para la lucha por el anillo. Y que explot¨®, definitivamente, en los primeros meses de esta temporada.

Cuando ya se hab¨ªa generado una situaci¨®n de desconfianza extrema, las circunstancias no ayudaron. Harrison acab¨® la temporada preocupado porque Doncic hab¨ªa ganado peso, incluso durante la competici¨®n. Consideraba que era una situaci¨®n muy problem¨¢tica para un jugador con tanta exigencia en cuanto a minutos y responsabilidad en el juego del equipo. Doncic se perdi¨® la pretemporada por una lesi¨®n muscular sobre la que, adem¨¢s, hubo un fallo de comunicaci¨®n por parte de los Mavs. Y engord¨®, en ese tramo, cinco kilos y medio. Harrison estaba ya muy enfadado y consider¨® que el entorno de Doncic camufl¨® con la siguiente lesi¨®n, un esguince de mu?eca en el que no cre¨ªa, una pausa; un tiempo extra para poner a punto a un jugador fuera de forma y que hab¨ªa comenzado la temporada lejos de su mejor nivel de juego.

Por entonces, Barrio Calvo y Bilsborough, siempre seg¨²n MacMahon, chocaban ya frecuentemente y todas las partes, con Nico Harrison al frente, se reunieron varias veces sin limar nunca ninguna aspereza. Nada funcion¨® y Doncic, el golpe final, cay¨® lesionado en el partido de Navidad. Su cuarta lesi¨®n de gemelo en 28 meses. Los Mavs cre¨ªan que podr¨ªa recuperarse en dos o tres semanas pero el equipo de trabajo de Doncic pidi¨® seis. Y gan¨®: se fij¨® el 8 de febrero como fecha de posible regreso a las pistas. Durante ese trance, Harrison le pidi¨® que viajara con el equipo en una gira de cinco partidos fuera de Dallas. Desde el entorno de Doncic se dijo que no porque el jugador estaba trabajando en dobles sesiones diarias para volver en perfectas condiciones.

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Cre¨ªan, adem¨¢s, que el percance hab¨ªa llegado porque Doncic, mal aconsejado, forz¨® en vez de parar tras recibir un golpe en un tal¨®n durante un partido contra los Warriors, el 15 de diciembre. Sigui¨® jugando con molestias, cambi¨® los apoyos naturales de la pierna¡­ y se rompi¨® en el que acab¨® siendo su ¨²ltimo partido con los Mavs. ¡°Eso abri¨® todav¨ªa m¨¢s la brecha¡±, dice un art¨ªculo que termina precisamente cuando Doncic rechaza viajar con el equipo y ofrece, como alternativa, trabajar sin moverse de casa con la franquicia de la G League asociada a los Mavs, Texas Legends: ¡°Lo siguiente que supieron de Harrison en el entorno de Doncic fue cuando les avis¨® de que hab¨ªa cerrado un traspaso a los Lakers que llevaba semanas negociando en secreto¡±. Punto y final.

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