Adi¨®s al grito de ¡°1, 2, 3 ?Canc¨²n!¡±
El chascarrillo que se suele hacer a los equipos de la NBA cuando son eliminados proviene de una broma que hizo Nick Van Exel en los Lakers.


Se ha convertido en soniquete habitual en cuanto un equipo de la NBA termina su temporada, eliminado en la fase regular o fulminado en las eliminatorias por el t¨ªtulo: alguien dice o escribe en redes ¡°Un, dos, tres ?Canc¨²n!¡±. Un grito de guerra que usan a veces los propios jugadores y que hace referencia al que fue durante a?os uno de los lugares tradicionales de vacaciones para los jugadores de la NBA y al ¡°un, dos, tres¡± habitual de los jugadores cuando hacen pi?a, sobre todo antes de empezar los partidos o al final de los tiempos muertos.
La broma tiene historia, una que se remonta a los playoffs de 1998 y a los primeros y no precisamente buenos tiempos de Shaquille O¡¯Neal y Kobe Bryant juntos en los Lakers, que trataban de jugar sus primeras Finales de la NBA en siete a?os (desde que perdieron en 1991 contra los Bulls de Michael Jordan) pero se estamparon a lo grande la final de la Conferencia Oeste: 4-0 contra Utah Jazz, el bulldozer dirigido por John Stockton y Karl Malone. Eran unos Lakers que no encontrar¨ªan la gloria hasta la llegada, un a?o despu¨¦s, de Phil Jackson. Por entonces, el entrenador era Del Harris, y el equipo era una reuni¨®n enorme de talento con obvios problemas de madurez competitiva: adem¨¢s de Kobe y Shaq, Nick Van Exel, Eddie Jones, Elden Campbell, Rick Fox, Robert Horry, Derek Fisher¡
Van Exel, en concreto, era un base explosivo, peque?o pero muy r¨¢pido y con una enorme capacidad anotadora. En aquel 1998 fue all star y ese verano se march¨® a los Nuggets, traspasado cinco a?os despu¨¦s de haber sido drafteado por los Lakers en 1993. Cuestiones sobre su car¨¢cter pesaban por entonces m¨¢s que su nivel de juego, algo que ha marcado su legado. Porque, adem¨¢s, fue el que antes del inicio del cuarto partido contra los Jazz, cuando la barrida estaba cerca de consumarse, aprovech¨® la pi?a que hicieron los jugadores en el pasillo del Forum, justo antes de saltar a la cancha, para cambiar el ¡°un dos, tres, Lakers¡± por un ¡°un, dos, tres, Canc¨²n¡±. Las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina.
A?os despu¨¦s, le cont¨® a periodista Howard Beck que solo quer¨ªa hacer una broma y que ni siquiera lo dijo demasiado en alto. Que en absoluto era una forma de dejar claro que hab¨ªa dimitido, que ya hab¨ªa dado la temporada por acabada: ¡°Se me ocurri¨®, me vino a la cabeza sin m¨¢s. No era nada que tuvi¨¦ramos preparado¡±. Lo que menos se imaginaba es que d¨¦cadas despu¨¦s fuera el chascarrillo habitual para despedir a los equipos en la NBA: ¡°Deber¨ªa haberlo registrado, visto lo visto¡±. En todo caso, su equipo perdi¨® y ni siquiera sac¨® un punto en aquella eliminatoria que dej¨® muy tocados a los Lakers: ¡°?ramos j¨®venes. Hab¨ªa quienes solo pensaban en sumar sus puntos, hacer sus n¨²meros, no en que sali¨¦ramos a ganar todos juntos, como un equipo¡±.
¡°Solo quer¨ªa hacer una broma, que todos nos relaj¨¢ramos un poco. Yo era as¨ª, bromista, me gustaba que los dem¨¢s estuvieran relajados. No lo escucharon muchos, pero los que lo hicieron s¨ª se rieron un poco¡±, aseguraba un Van Exel que ten¨ªa entonces 26 a?os, siete m¨¢s que Kobre Bryant. ¡°Nadie en ese vestuario ten¨ªa fe en que fu¨¦ramos a remontar y ganar la serie¡±, recordaba. Nadie ha remontado nunca un 3-0 en la NBA. Un mes despu¨¦s de la ocurrencia, estaba en los Nuggets a cambio de un veterano como Tony Battie y los derechos de draft de Tyronn Lue. Cuando no hab¨ªa pasado ni una semana de la operaci¨®n, Los Angeles Times hizo p¨²blico el asunto del grito (¡°un, dos, tres, Canc¨²n¡±). El art¨ªculo dec¨ªa que Shaquille se hab¨ªa quejado a Jerry West y que la an¨¦cdota, por lo tanto, hab¨ªa crecido hasta convertirse en un asunto principal en la salida de Van Exel. ?l, lo niega: ¡°El traspaso estaba acordado mucho antes, y yo sab¨ªa que me iba a ir. No fue por eso, pero alguien tiene que pagar el pato siempre¡±.
En todo caso, el traspaso acab¨® vi¨¦ndose como algo l¨®gico: Van Exel hab¨ªa tenido problemas bien documentados con Del Harris, el backcourt necesitaba minutos para Kobe y Derek Fischer, adem¨¢s de Eddie Jones, y el vestuario estaba dividido y necesitado de aire fresco y nuevos liderazgos.
Tambi¨¦n con el tiempo, O¡¯Neal asumi¨® parte de la culpa: ¡°No todo fue Nick, yo tambi¨¦n tuve que ver con todo aquello. ?Con el grito de Canc¨²n? Pues seguramente tambi¨¦n, s¨ª. No se puede echar la culpa solo a uno. Fui yo, fueron Eddie y Nick¡ todos. No se trate de que uno se la cargue. Todos ten¨ªamos la misma mentalidad. Si estabas 3-0 contra equipos como los Spurs y los Jazz, no hab¨ªa vuelta atr¨¢s, y lo ten¨ªamos claro. Sab¨ªamos que no ¨ªbamos a remontar. As¨ª que yo pensaba en que me dejaran salir, meter mis 40 puntos y marcharme a Orlando a relajarme un poco¡±.
Pero el propio Van Exel y otros como Robert Horry ha reconocido que eso en concreto, el ¡°un, dos, tres, Canc¨²n¡± s¨ª sali¨® de Van Exel y sorprendi¨® a los dem¨¢s. ?l insiste, eso s¨ª (siempre lo hace), en que no fue para burlarse de la situaci¨®n, una muestra de poca profesionalidad, sino para arrancar una sonrisa a sus compa?eros. Hoy, su broma es una de las frases hechas m¨¢s populares de la NBA.
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