Jasikevicius, en el firmamento
Tras cuatro Euroligas como jugador, el lituano consigue por fin el sue?o que tanto tiempo llevaba buscando: conquistar la m¨¢xima competici¨®n continental.


El Fenerbah?e consigue, una vez m¨¢s, el sue?o de la Euroliga. Es el segundo entorchado del club turco, que ha tenido que esperar casi una d¨¦cada para volver a lo m¨¢s alto. Desde 2017, con Zeljko Obradovic de mes¨ªas, lo lograron. Y ahora han tenido otro gran nombre en su banquillo, el de un Sarunas Jasikevicius que consigue como entrenador lo que logr¨® hasta cuatro veces como jugador. Un ¨¦xito incre¨ªble para el lituano, que en la gran final se encontr¨® a un viejo conocido, Vassilis Spanoulis. Uno de los dos iba a entrar en la lista de nombres que conquistaron la m¨¢xima competici¨®n continental en la pista primero y como t¨¦cnicos despu¨¦s. Y, al final, el sue?o es para Saras, ese hombre de 49 a?os que no para de gritar y de moverse en la banda... Pero que ha demostrado que con ese estilo intervencionista se puede ganar. Vaya que si lo ha hecho.
Jasikevicius consigue de esta manera su quinta Euroliga en total si contamos las cuatro que conquist¨® como jugador, en 2003, 2004, 2005 y 2007. Este a?o disputada su quinta Final Four consecutiva y roz¨® el t¨ªtulo con el Bar?a en 2021, pero se le escap¨® ante la bestia negra que es (o era) Ergin Ataman. Una que ha dejado de serlo: el Panathinaikos cay¨® precisamente ante el Fenerbah?e en semifinales despu¨¦s de que el turco le hubiera ganado al lituano los ¨²ltimos seis duelos. La mejor manera de romper la estad¨ªstica es como lo hizo el lituano, que tras encadenar ¨¦xitos y momentos duros en el Bar?a, se qued¨® libre en una mala gesti¨®n de imagen de los azulgranas y firm¨® por el vigente campe¨®n en diciembre del a?o pasado. Fue llegar y casi besar el santo: Final Four el a?o pasado, victoria en este. El sue?o antes esquivo ahora es real, y tanto el entrenador como su modus operandi, que convierte grandes proyectos en cortoplacistas, salen reforzados de la mejor forma posible. Con un triunfo ¨¦pico.
El curr¨ªculum de Sarunas se ampl¨ªa con el mejor de todos los t¨ªtulos, que no es el primero. Desde que empez¨® a entrenar al Zalgiris, ha ganado cinco Ligas lituanas, tres Copas lituanas, dos Ligas ACB y dos Copas espa?olas. En Kaunas se volvi¨® a so?ar bajo su batuta y el Bar?a volvi¨® a un nivel que no ten¨ªa desde que Xavi Pascual estaba en la entidad. Ahora, con el Fenerbah?e, el sue?o definitivo se ha hecho posible tras encadenar victorias en las competiciones dom¨¦sticas. Y Jasikevicius queda reforzado como lo que es: un entrenador como la copa de un pino, un hombre puramente emocional que envalentona a un equipo que va a muerte con ¨¦l hasta la extenuaci¨®n. Y ya veremos si acaban desgastados, pero la realidad es que el ¨¦xito es incontestable y que lo necesario es lo que ya se sabe. Que hay que disfrutar de la tierra conquistada y de los v¨ªveres sustra¨ªdos. El hedonismo puro, un ejercicio de carpe diem que durar¨¢ lo que duran las grandes haza?as. Y esta lo ha sido.
Es el triunfo del trabajo, pero tambi¨¦n el de la perseverancia y la pericia. El de un entrenador que es todo coraz¨®n y cuyos ojos se anegaron en l¨¢grimas tras el pitido final. Se abraz¨® con su otrora rival en la pista, Vassilis Spanoulis, al finalizar las hostilidades. Abraz¨® a sus jugadores y a los directivos del club. Bail¨®, salt¨® y sonri¨® mientras la copa era levantada. Y todo, tras un planteamiento que le sali¨® bien, Nigel Hayes-Davis y Marko Guduric mediante. Y su equipo gan¨® mostrando la cara que el t¨¦cnico enarbola como si fuera su inamovible bandera: con coraje, pundonor y emoci¨®n. Yendo hasta el ¨²ltimo bal¨®n. Exhalando el ¨²ltimo aliento. Corriendo hasta la extenuaci¨®n. Sin importar el c¨®mo ni el d¨®nde y con el objetivo entre ceja y ceja. As¨ª es el Fenerbah?e porque as¨ª es su nuevo mes¨ªas, un Sarunas Jasikevicius que se corona. Un hombre de acci¨®n casado con la pasi¨®n. Un ser de claroscuros, de suerte y de evitar siempre la muerte. Pero tambi¨¦n un ser de luz. Que brilla m¨¢s que nunca. Como una estrella en la inmensidad del firmamento.
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