El Madrid no levanta cabeza

Se puede jugar mal, se puede atravesar una mala racha, se puede tener mala suerte con las lesiones. Algo de todo eso le ocurre al Real Madrid esta temporada. M¨¢s preocupante si cabe es ver a un equipo sin alma, sin esperanza, sin coraz¨®n ni agallas. Ese es el estado actual del conjunto blanco, que ante el Fenerbah?e dej¨® malas sensaciones en cuanto al juego e igual o peores en cuanto a la actitud, al ¨¢nimo para revelarse ante la incertidumbre que atenaza ahora mismo al equipo. Ni siquiera el WiZink intent¨® levantar a los suyos (de hecho hubo pitos en varias ocasiones) y los blancos firmaron la tercera derrota en los ¨²ltimos tres partidos: Joventut, Lyon y ahora contra el Fenerbah?e (70-82).

Las indecisiones, los errores, estaban a la orden del d¨ªa al inicio del partido. El Madrid ya llevaba 4 p¨¦rdidas en los primeros 4 minutos, el Fenerbah?e no meti¨® su primera canasta en juego hasta ese mismo momento y ya llevaba 4 personales en 3:30. Por suerte para el Madrid, los turcos daban continuidad al bache de juego en el que hab¨ªan entrado las ¨²ltimas semanas. Eran poco incisivos en ataque, ejecutando jugadas muy simples y f¨¢ciles de defender y, adem¨¢s, con poqu¨ªsimo acierto. Cuando Chus Mateo cambi¨® a todo el quinteto y puso casi de golpe a los menos habituales (Feliz, Llull, Hugo, Ndiaye e Ibaka), el marcador era de 14-6. Al final del primer cuarto se lleg¨® con una diferencia similar (20-12), pero con el inicio del segundo cuarto cambi¨® todo.

Ese quinteto suplente se qued¨® ciego en ataque e invisible en defensa y el resultado fue un 0-13 de parcial en 3 minutos. Desde el banquillo salieron Nicolo Melli, impecable en el tiro, y Khem Birch, que por fin aportaba algo a los de Jasikevicius desde el puesto de p¨ªvot (Sanli y el gigante Marjanovic hab¨ªan pasado sin pena ni gloria). El canadiense dio sentido al ataque de su equipo desde el poste con buenos tiros, rebotes, bloqueos, doblando balones¡­ Y los que en el primer cuarto no hab¨ªan arrancado la moto lo hicieron a rebufo de sus compa?eros. Wade Baldwin dej¨® varias muestras de su tremendo talento y Nigel Hayes-Davis por fin demostr¨® por qu¨¦ es el mejor jugador del equipo turco: 14 puntos al descanso, con una cantidad enorme de recursos y de inteligencia. Campazzo disimul¨® un poco la diferencia (31-37) con un triple final, pero el da?o estaba hecho. El parcial en esos 10 minutos, 11-25, hab¨ªa sido demoledor. Tocaba reaccionar.

El Madrid sali¨® de vestuarios con prop¨®sito de enmienda. Actitud y agresividad distintas, mejores, algo que reclamaba Deck en la entrevista del descanso con la televisi¨®n. Los blancos tambi¨¦n tuvieron m¨¢s paciencia para encontrar buenas situaciones en ataque. El alero argentino fue el primero en aprovecharlo buscando la puerta atr¨¢s. Despu¨¦s le dio el relevo a Tavares, empezando a hacer da?o de verdad en la zona. En el otro lado de la pista Bonzie Colson aprovechaba su superioridad f¨ªsica con Musa para atacarle una y otra vez, hasta que Mateo detect¨® el agujero y sent¨® al bosnio. Pero se sent¨® Tavares, el Madrid dej¨® de buscar balones dentro y Hayes-Davis descifraba sin muchos problemas la defensa de cambios de los blancos con la que hab¨ªan igualado algo el pulso. Los rebotes empezaron a volar del lado de los turcos en la canasta madridista y la din¨¢mica del partido era cada vez m¨¢s preocupante. La segunda unidad, nuevamente, no daba la talla. La del Fenerbah?e, que mezclaba titulares y suplentes, pon¨ªa tierra de por medio (47-60, min. 30).

Chus Mateo se lo jug¨® todo. Puso a Campazzo y Tavares nada m¨¢s empezar el ¨²ltimo cuarto. Un par de buenas defensas, cerrando el rebote defensivo y saliendo al contraataque le mostraba el camino para remontar, pero los jugadores blancos fueron incapaces de mantener la tensi¨®n y la concentraci¨®n necesarias para extenderlo en el tiempo. Y, mientras tanto, Baldwin volv¨ªa loca a la defensa del Madrid con tres canastas seguidas que manten¨ªan la ventaja. Un triple de Hayes-Davis la levantaba por encima de los 10 puntos y, otra vez, unos ataques precipitados en el bando local empezaban a decantar el partido del lado visitante. Pero lo peor era la falta de ¨¢nimo general, de los jugadores y de la grada. S¨®lo se revelaron contra los ¨¢rbitros, por varias faltas en ataque que acabaron por sacar de quicio a los madridistas, frustrados, hasta la expulsi¨®n de Hezonja. Bien pod¨ªan haber sido Musa o Tavares, tambi¨¦n m¨¢s pendientes del arbitraje que de cualquier otra cosa cuando el partido se escapaba de las manos. Descorazonador Madrid, se mire por donde se mire.

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