Un vertido radiactivo contamin¨® el r¨ªo Manzanares y los regad¨ªos de Madrid en una cat¨¢strofe silenciada
Un accidente en un reactor nuclear en plena Ciudad Universitaria de Madrid contamin¨® en 1970, y durante a?os, r¨ªos, cultivos y acu¨ªferos que siguieron siendo usados para el consumo humano.


Aunque parezca ciencia ficci¨®n, esta historia es real. El 7 de noviembre de 1970 el reactor nuclear experimental situado en la Ciudad Universitaria de Madrid sufri¨® un accidente y dej¨® que se escaparan decenas de litros de l¨ªquido radiactivo por el desag¨¹e, que termin¨® en el alcantarillado, el r¨ªo Manzanares, el Jarama, el Tajo, y lleg¨® hasta el mar en Lisboa. A su paso, contamin¨® infinidad de huertas y regad¨ªos, cuyos productos fueron vendidos en los mercados y consumidos con total tranquilidad. Lechugas, tomates, berenjenas¡ con niveles de radiactividad cientos de veces superiores a los l¨ªmites seguros para la salud.
Se fueron de fin de semana
Ese d¨ªa era s¨¢bado. Y claro, todos los que estaban trabajando en las instalaciones de la Junta de Energ¨ªa Nuclear (JEN) en la Ciudad Universitaria, a escasos metros del Palacio de la Moncloa y a un paso del centro de Madrid, estaban deseando acabar su trabajo e irse de fin de semana. A las 12 del mediod¨ªa se inici¨® el trasvase de 700 litros de residuos radiactivos desde el tanque A-1 de la planta M-I, donde estaba el reactor nuclear Coral-1, al dep¨®sito de tratamiento de residuos T-3 de la planta CIES. Era una operaci¨®n rutinaria, pero seg¨²n unas versiones una soldadura fall¨® y seg¨²n otras se produjo un fallo en una v¨¢lvula. Fuera cual fuera la causa, entre 40 y 80 litros de l¨ªquido altamente radiactivo se filtraron al sistema de alcantarillado.
El contenido del vertido inclu¨ªa is¨®topos peligrosos como estroncio-90, cesio-137, rutenio-106 y part¨ªculas de plutonio, todos ellos con efectos nocivos a largo plazo para la salud y el medio ambiente. El responsable de Protecci¨®n Radiol¨®gica de las instalaciones recomend¨® detener la operaci¨®n cinco minutos despu¨¦s de su inicio, al descubrir el problema. Pese a la advertencia inmediata, la operaci¨®n, y con ella el vertido, continu¨® hasta las 14:45, hora en que los trabajadores se fueron de fin de semana.

Radiaci¨®n en huertas y regad¨ªos
El agua contaminada entr¨® en el alcantarillado a trav¨¦s del sistema de desag¨¹e, lleg¨® al r¨ªo Manzanares, de ah¨ª al Jarama, al Tajo y se detectaron niveles elevados de radiaci¨®n incluso en la desembocadura del r¨ªo en el mar en Lisboa. Nadie hizo nada hasta el lunes siguiente.
Fue uno de los vertidos m¨¢s graves de la historia de Espa?a. No se sabe con certeza si el suministro de agua para consumo humano se vio afectado. Lo que s¨ª est¨¢ confirmado es que la radiaci¨®n afect¨® a huertas y regad¨ªos del Manzanares y del Jarama. La radiactividad superaba los 15.000 cps en muchas zonas de la ribera cuando las cifras normales eran de entre 100 y 120 cps. En Toledo se midieron 10.000 cps. En algunos puntos del Jarama y Aranjuez los niveles llegaron a ser 75.000 veces superiores a lo permitido. En zonas puntuales de la propia sede del JEN, en plena Ciudad Universitaria, se midieron dosis de radiactividad, acumuladas durante un a?o, que llegaron a ser un mill¨®n de veces superiores a lo tolerable.
El r¨¦gimen franquista ocult¨® lo ocurrido y se decidi¨® comprar en secreto cosechas contaminadas a los agricultores de la zona sin dar demasiadas explicaciones. La mayor parte de ellas fueron enterradas en plena Ciudad Universitaria. El problema fue que ni se compr¨® toda la producci¨®n, ni se sostuvo en el tiempo, ni se prohibi¨® el cultivo en las zonas afectadas. La comisi¨®n de seguridad del JEN hizo un informe dos meses despu¨¦s que propon¨ªa ¡°impedir el consumo de los vegetales que crezcan en las parcelas contaminadas¡± e ¡°impedir el riego con agua de los canales y r¨ªos que contengan agua o fangos contaminados¡±, pero eran medidas que llegaban tarde y que solo se aplicaron de forma puntual. Durante a?os, se vendieron en los mercados de Madrid verduras cultivadas en tierras contaminadas por alt¨ªsimos niveles de radiaci¨®n sin que nadie lo supiera.

Contaminaci¨®n hasta nuestros d¨ªas
En los siguientes a?os algunos de los agricultores de las huertas de Manzanares y del Jarama desarrollaron c¨¢ncer. Pero no existen estudios que permitan establecer una relaci¨®n con el vertido. Tampoco hay estudios que aclaren si los productos contaminados aumentaron la incidencia de enfermedades oncol¨®gicas en la ciudad de Madrid y en el resto de las zonas afectadas. S¨ª que est¨¢ documentado que el incidente dej¨® una huella radiactiva en el suelo, los r¨ªos y algunos acu¨ªferos del centro de Espa?a. A¨²n hoy en d¨ªa, las Banquetas del Jarama siguen controladas por el Consejo de Seguridad Nuclear, aunque los restos de Cesio-137 y Estroncio-90 ya no alcanzan niveles nocivos. La Ciudad Universitaria a¨²n tiene niveles de radiaci¨®n superiores a los que suele haber alrededor de una central nuclear.
Pero ?por qu¨¦ hab¨ªa un reactor nuclear en la Ciudad Universitaria de Madrid? El Coral-1 fue un reactor r¨¢pido de investigaci¨®n suministrado por EEUU e instalado en 1968. Ten¨ªa capacidad para producir plutonio de grado militar y formaba parte del ¡®proyecto Islero¡¯, el intento del r¨¦gimen franquista de fabricar una bomba nuclear. Fue cerrado en 1981 por la presi¨®n internacional y por el riesgo que supon¨ªa mantener un reactor as¨ª en una zona urbana densamente poblada.
A lo largo de la historia ha habido reactores TRIGA que han funcionado y siguen funcionando en universidades de todo el mundo, pero solo en otras dos grandes ciudades, Mosc¨² y Buenos Aires, ha habido en alg¨²n momento reactores con capacidad militar; y nunca en una zona tan c¨¦ntrica ni tan densamente poblada como Madrid.
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