Los primeros ciudadanos que ser¨ªan reclutados en caso de que Espa?a entrase en una guerra
El ataque de EE. UU. a Ir¨¢n reaviva el miedo a una escalada b¨¦lica global. En ese caso, ?C¨®mo actuar¨ªa Espa?a?
Guerra, guerra y guerra. En la actualidad, es una de las palabras que suena con m¨¢s fuerza en el mundo. ?Por qu¨¦? Los tambores retumban m¨¢s que nunca, y m¨¢s con el reciente ataque estadounidense a infraestructuras nucleares iran¨ªs.
Ahora, la atenci¨®n del mundo gira en torno a las posibles consecuencias de este acto: ?Habr¨¢ una escalada en Oriente Medio? ?Responder¨¢ Ir¨¢n con fuerza? Las dudas son muchas, pero lo cierto es que el equilibrio global se tambalea a¨²n m¨¢s con cada nueva ofensiva. La tensi¨®n entre Washington y Teher¨¢n ha alcanzado niveles nunca antes vistos.
A pesar de la gravedad de la situaci¨®n, Espa?a se muestra cauta a la hora de abordar el conflicto con un lenguaje directo. Sin embargo, la Constituci¨®n Espa?ola tiene una baza para esto: en su art¨ªculo 30 se establece que ¡°los espa?oles tienen el derecho y deber de defender a Espa?a¡±.
Tres tipos de reservistas
Espa?a, cabe destacar, cuenta con un Ej¨¦rcito profesional desde el a?o 2001, cuando el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar aboli¨® el servicio militar obligatorio, m¨¢s conocido como la mili. A d¨ªa de hoy, las Fuerzas Armadas las componen unos 120.000 efectivos y ellos ser¨ªan obviamente los primeros en actuar en caso de conflicto armado.
Ahora bien, a partir de ah¨ª, es cuando se debe revisar la legislaci¨®n para conocer qui¨¦nes ser¨ªan los siguientes en vestir el uniforme. Aprobada en 2007, la ley de la carrera militar contempla tres tipos de reservistas: los de especial disponibilidad, los voluntarios y los obligatorios.
Su proceso de incorporaci¨®n a la milicia se iniciar¨ªa en aquellas situaciones excepcionales o episodios de crisis en las que ¡°las necesidades de la defensa nacional no puedan ser atendidas por los efectivos militares profesionales¡±.
A tener en cuenta
Si sucede, el Consejo de Ministros ser¨¢ el encargado de llamar a filas, primero, a los reservistas voluntarios y los de especial disponibilidad (un grupo compuesto por militares que salieron del Ej¨¦rcito al cumplir los 45 a?os y por civiles que han solicitado su adscripci¨®n a las Fuerzas Armadas).
En total, 8.000 personas. Si no es suficiente, el Gobierno tendr¨ªa que pedir autorizaci¨®n al Congreso para convocar a los obligatorios, es decir, a civiles sin ninguna vinculaci¨®n previa con las Fuerzas Armadas. La ley establece que esto afecta a las personas que est¨¦n entre los 19 y los 25 a?os.
Procedimiento
Los j¨®venes afectados recibir¨ªan una ficha con un cuestionario sencillo para aportar datos, de forma voluntaria, sobre su estado de salud y f¨ªsico, y tambi¨¦n preferencias sobre el Ej¨¦rcito al que incorporarse. Por si fuera poco, podr¨ªan detallar si est¨¢n dispuestos a entrar en unidades de fuerza o preferir¨ªan otro tipo de destinos que no fuesen de primera l¨ªnea.
M¨¢s tarde, llegar¨ªan los reconocimientos m¨¦dicos y pruebas psicol¨®gicas y f¨ªsicas. Y, una vez recibido el uniforme, quedar¨ªan integrados en las Fuerzas Armadas con el empleo de soldados, tendr¨ªan que seguir el comportamiento militar y estar¨ªan sujetos a leyes penales y disciplinarias militares.
Adem¨¢s, quienes no se vean en este escenario siempre podr¨ªan acogerse a la objeci¨®n de conciencia, seg¨²n estipula la misma ley de la carrera militar. Su art¨ªculo 138 exhibe que pueden ser objetores quienes no quieran prestar servicio en las Fuerzas Armadas ni en otras organizaciones ¡°en las que se requiera el empleo de armas¡±.
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