La estaci¨®n de tren que se mantuvo abierta durante tres a?os para una ¨²nica pasajera: ¡°Solo estaba el silbido de viento¡±

Cuando uno no cuenta con recursos propios para desplazarse hasta centro de trabajo/estudios tiene la necesidad de recurrir al transporte p¨²blico. Y, aunque hay diferentes alternativas como los trenes o autobuses, no siempre podemos disponer de ¨¦l cuando los necesitamos. La escasa demanda de estos servicios puede llevar a los responsables a renunciar, por ejemplo, a una parada de tren.

Es lo que le pod¨ªa haber ocurrido a Kana Harada, una estudiante japonesa que pod¨ªa haber visto truncados sus sue?os cuando se anunci¨® que su parada, en la que ¨²nicamente sub¨ªa ella, ser¨ªa cerrada. Pero el pa¨ªs nip¨®n, a pesar de la falta de pasajeros, decidi¨® finalmente que seguir¨ªa operando: la mantendr¨ªan abierta hasta que Harada concluyera sus estudios.

¡°Una vez pens¨¦ que era una pasajera m¨¢s. Una chica con mochila al hombro, caminando entre la nieve hacia una estaci¨®n diminuta. No imaginaba que, sin querer, mi peque?o viaje diario se convertir¨ªa en una promesa que todo un pa¨ªs honrar¨ªa¡±, explica la joven, seg¨²n detalla el medio Jap¨®n And More.

La estaci¨®n cerr¨® tras acabar sus estudios

Durante tres a?os, detalla la protagonista, el tren la llevaba y la tra¨ªa de vuelta a su hogar, en Kyu-Shirataki, al norte de la prefectura de Hokkaido. En una parada que ¡°no aparec¨ªa en los mapas tur¨ªsticos, no hab¨ªa multitudes ni anuncio. Solo el silbido del viento, el crujir de la nieve bajo los zapatos y la esperanza de llegar un poco m¨¢s lejos cada d¨ªa¡±.

Una historia que dio la vuelta al mundo y que conmovi¨® a todo un pa¨ªs, Jap¨®n, que se volc¨® con la joven para que pudiera terminar sus estudios de secundaria. Ella, sin embargo, la quita importancia a lo ocurrido. ¡°No soy especial, no soy famosa. Solo alguien a quien una comunidad (y un pa¨ªs entero) le ense?o que el compromiso no siempre necesita multitudes para ser verdadero. A veces basta un solo pasajero para que toda una estaci¨®n siga latiendo¡±.

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Y es que Kana viv¨ªa en Shirataki, un barrio en el que apenas viv¨ªan 36 personas en el momento de la historia, all¨¢ por el a?o 2012, seg¨²n Business Insider. La estudiante necesitaba el tren para recorrer los 35 kil¨®metros que la separaban del instituto Engaru. A?os m¨¢s tarde, una vez que finaliz¨® sus estudios, la Compa?¨ªa Ferroviaria de Hokkaido procedi¨® al cierre de la estaci¨®n.

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