El hombre lobo franc¨¦s que provoc¨® el p¨¢nico en Guyena y dijo haber devorado a varios ni?os: ¡°Son una delicia suprema¡±
En lugar de ser condenado a la hoguera, Jean Grenier fue recluido en un monasterio como enfermo mental, en una sentencia judicial revolucionaria para la ¨¦poca.


A finales del siglo XVI e inicios del XVII, Francia vivi¨® una epidemia de terror a lo fant¨¢stico y sobrenatural. La poblaci¨®n viv¨ªa sugestionada por historias inventadas sobre brujer¨ªa y posesiones que corr¨ªan como la p¨®lvora e inmediatamente eran incorporadas al folclore popular. La justicia ordinaria busc¨® formas dr¨¢sticas de erradicar el problema y los juicios por brujer¨ªa eran castigados con la hoguera sin miramientos, lo que solo contribu¨ªa a aumentar la superstici¨®n y el miedo.
Entre las muchas historias terror¨ªficas que sucedieron, destaca el caso de Jean Grenier, un adolescente que confes¨® haber secuestrado y devorado a varios ni?os en la regi¨®n de Saintonge, en la antigua Guyena, al suroeste de Francia.
Un animal acechaba a los ni?os
En 1603, comenzaron a producirse ataques a ni?os en las zonas rurales boscosas de Saintonge. Corrieron rumores de que un lobo acechaba en los caminos y espiaba las viviendas, convirtiendo a los m¨¢s peque?os en sus presas. El p¨¢nico se extendi¨® por la regi¨®n. Se intent¨® localizar a la alima?a, pero sin ¨¦xito. Todo cambi¨® cuando Marguerite Poirier, una ni?a de 13 a?os, logr¨® escapar de un ataque del supuesto lobo, y describi¨® a su agresor como un joven con rasgos animales.
Gracias a la declaraci¨®n de Marguerite, las autoridades detuvieron a Jean Grenier, un adolescente de 13 o 14 a?os, de estatura peque?a y aspecto enfermizo, con aparentes problemas para relacionarse y comportamiento err¨¢tico. Pero cuando comenzaron los interrogatorios sali¨® a la luz todo el horror y la locura de una persona completamente desequilibrada.
La transformaci¨®n en hombre lobo
Jean viv¨ªa con su padre, Pierre Grenier, y huy¨® de casa, donde era maltratado, despu¨¦s de recibir una tremenda paliza por saltarse el ayuno de Cuaresma. Tras huir, consigui¨® un trabajo como pastor de vacas. Un d¨ªa, un hombre llamado Pierre Labour¨¦ le dio una piel de lobo encantada y una pomada m¨¢gica que le permit¨ªa transformarse en lobo: ¡°Me encontr¨¦ con un hombre en el bosque. Me marc¨® con su u?a y me dio un ung¨¹ento y una piel de lobo. Con eso pod¨ªa transformarme y recorrer el pa¨ªs¡±. Aseguraba que desde ese d¨ªa formaba parte de una hermandad de hombres lobo. Relat¨® casi con orgullo, y sin ning¨²n arrepentimiento, que por las noches sal¨ªa, se transformaba y cazaba ni?os: ¡°La carne de las ni?as es una delicia suprema¡±. Tambi¨¦n dio validez a la declaraci¨®n anterior de Marguerite Poirier: ¡°Mi intenci¨®n era matarla y devorarla¡±. Su confesi¨®n estaba llena de detalles macabros y coincid¨ªa punto por punto con los ataques a ni?os que sufr¨ªa la regi¨®n, pero no hab¨ªa ninguna evidencia clara de que hubiera matado a nadie.
Jean Grenier fue juzgado por el parlamento de Burdeos y el tribunal emiti¨® un veredicto at¨ªpico, inesperado, que levant¨® un tremendo revuelo en la ¨¦poca, pero que se adelant¨® a su tiempo. En vez de ser condenado a la hoguera, como todo el mundo daba por hecho, los jueces determinaron que sufr¨ªa una grave enfermedad mental. Por eso, en una sentencia sorprendente para el siglo XVII, fue recluido de por vida en un monasterio franciscano. All¨ª deber¨ªa recibir cuidados espirituales y ser vigilado, pero evitando el castigo f¨ªsico. Este juicio es considerado como un precedente de la inimputabilidad penal por razones psiqui¨¢tricas.

Recluido en un monasterio
Pocos a?os despu¨¦s, el magistrado Pierre de Lancre, famoso por su participaci¨®n en la caza de brujas, escribi¨® en 1612 un libro, Tableau de l¡¯inconstance des mauvais anges et d¨¦mons (Retrato de la Inconstancia de los Malos ?ngeles y Demonios), en el que, entre otros muchos temas, relata con detalle c¨®mo transcurrieron el juicio, los interrogatorios y la reclusi¨®n.
La vida de Jean Grenier en el monasterio no fue sencilla para nadie. Se negaba a relacionarse, dorm¨ªa en rincones oscuros e intentaba comer la carne cruda. Los monjes que vivieron con ¨¦l le describ¨ªan como un ¡°animal¡± que ten¨ªa u?as largas y negras, dientes prominentes, mirada inquietante, rehu¨ªa a las personas y no era humano del todo. Nunca miraba a los ojos. Tampoco mostr¨® signos de recuperaci¨®n ni arrepentimiento y muri¨® a los 20 a?os en completo aislamiento.
Su caso hoy en d¨ªa se estudia como un ejemplo de licantrop¨ªa cl¨ªnica, un raro trastorno psiqui¨¢trico en el que la persona cree que es un animal. Una infancia terrible y las historias sobre brujer¨ªa habituales en la ¨¦poca contribuyeron a crear un c¨®ctel que magnific¨® su locura.
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