Adi¨®s a las cremalleras rotas: el trucazo para arreglarlas en un instante ahorr¨¢ndote c¨¦ntimos y disgustos
Soluciones r¨¢pidas y efectivas para arreglar ese cierre que te ha arruinado m¨¢s de una ma?ana.

Desde chaquetas hasta mochilas, pasando por maletas y pantalones, las cremalleras son parte esencial de nuestro d¨ªa a d¨ªa. Sin embargo, cuando fallan pueden convertir una simple tarea en una pesadilla. La buena noticia es que muchas de estas aver¨ªas tienen arreglo f¨¢cil, r¨¢pido y pr¨¢cticamente gratuito.
El truco de la pajita
Uno de los fallos m¨¢s comunes ocurre cuando el cursor (la parte que desliza) se desliza fuera de los dientes o el tope ha desaparecido. En lugar de desechar la prenda, existe un sencillo truco con una pajita de pl¨¢stico.
Corta un trozo de unos 2 cm de la pajita, ¨¢brelo por un lado longitudinalmente, d¨®blalo ligeramente y col¨®calo en el lugar del tope ausente. Este peque?o accesorio improvisado impedir¨¢ que la cremallera se salga nuevamente, alargando la vida ¨²til de tu prenda.
Ajuste de precisi¨®n con unos alicates
Cuando la cremallera parece ¡°cerrar mal¡± y se abre sola, es posible que el problema est¨¦ en el cursor. Con el tiempo, este se afloja y deja de ejercer presi¨®n sobre los dientes.
La soluci¨®n es simple: usa unos alicates peque?os. Presiona ligeramente ambos lados del cursor (con cuidado de no romperlo) y prueba a deslizarlo varias veces para comprobar la eficacia.
Este truco es ideal para chaquetas o bolsos cuyo cierre se ha debilitado por el uso constante.
?Y si se rompe el tirador?
Si el tirador de tu cremallera se ha roto y te resulta imposible subirla o bajarla, no entres en p¨¢nico. Puedes improvisar uno nuevo con una cuerda o hilo fuerte. Escoge un color similar al de la prenda, p¨¢salo por el orificio del cursor y haz un nudo para que no se suelte.
Tendr¨¢s una soluci¨®n funcional hasta que puedas reemplazar la pieza original.
Vaselina o cera: lubricante natural
Cuando una cremallera se atasca sin raz¨®n aparente, puede deberse a suciedad o fricci¨®n. Un poco de lubricante casero puede obrar milagros. Aplica vaselina, b¨¢lsamo labial o incluso cera de vela (sin perfume ni color), fr¨®tala suavemente sobre los dientes de la cremallera y abre y cierra varias veces para distribuir el producto.
Esto ayudar¨¢ a que el cursor se desplace sin esfuerzo y evitar¨¢ futuros bloqueos.
Peque?os restos de polvo, fibras o incluso hilos pueden atascar el mecanismo. En estos casos, una buena inspecci¨®n visual y una limpieza con un cepillo de dientes viejo o una aguja pueden ser suficientes para devolverle la funcionalidad.
Muchas veces tiramos ropa o accesorios solo por una cremallera rota. Con estos trucos simples y accesibles, puedes evitar gastos innecesarios, alargar la vida ¨²til de tus prendas y, de paso, reducir el impacto ambiental.
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